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“¡El Evangelio de Santidad Cambió Mi Vida!”
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Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
       
 
  
 

«Las imágenes de su cerebro indican que es imposible, ¡pero usted está bien!»

Noticias Manmin   No. 239
4817
Junio 25, 2017




Hermano Seungwoo Lee (56 años), Zona 10, Iglesia Central Manmin, junto a su esposa, la Diaconisa Jeongye Jeong, su hija, su nieta y su yerno


Por insistencia de mi esposa, yo asistía a los servicios de adoración, pero en realidad no tenía fe verdadera. Muchas veces escuché que debía leer el libro sobre El Mensaje de la Cruz, escrito por el Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, porque contiene las bases del cristianismo. Sin embargo, no lo hice. A comienzos de abril del 2017, experimenté un gran cambio que jamás imaginé que se daría al leer un libro.

Al leerlo comprendí que puedo ser perdonado de mis pecados y recibir salvación a través de la crucifixión de Jesús. También aprendí que las enfermedades son consecuencia del pecado y por qué debo ir a la iglesia. Los temas que ningún otro libro cristiano había aclarado, fueron cubiertos en este libro. Yo me quedé despierto hasta muy tarde y leí el libro tres veces. Descubrí que había vivido de manera incorrecta. Quería creer en Dios a mi manera, no para apaciguar los deseos de los demás.

El 8 de abril, un sábado en la mañana, me sentí con náuseas y dolor de cabeza. Pensé que se trataba de una indigestión, pero en la noche la condición empeoró. No pude dormir por causa del intenso dolor de cabeza. Me sentí mareado cuando fui al baño, por lo que debía sujetarme con mis manos sobre las paredes.

El domingo por la mañana (9 de abril), me quedé impresionado mientras íbamos a la iglesia. Mi cuerpo se balanceaba hacia su lado izquierdo. Mi esposa me sugirió que fuera al hospital, pero yo quería confiar en Dios. Cuando llegué al templo, sin embargo, tuve que recostarme. Las personas decían que podía ser un derrame cerebral, así que me llevaron hasta el Pastor Principal para recibir su oración. Él oró por mí con mucho fervor, y puso su mano sobre mi cabeza.

La mañana del 10 de abril sentí náuseas y vómito, así que fui a ver a un médico. Él dijo que mi cerebelo estaba dañado debido a un infarto cerebral y que tendría secuelas de ello. Él indicó que el cerebelo juega un papel importante en el centro motor de un cuerpo humano. Dado que el mío estaba dañado, pronto sufriría una parálisis. Entonces me transfirieron a la unidad de cuidados intensivos. El médico me dijo luego de los resultados de los exámenes: «Según la imagen de su cerebro, no tendría que ser posible para usted hablar ni tener claridad mental. Pero usted puede hablar y se encuentra bien. Estoy asombrado». Él me preguntó varias veces si sentía problemas en mis brazos y piernas, si me sentía débil o adormecido, pero yo me encontraba bien. A él le pareció algo extraño. Dos días después el dolor de cabeza había desaparecido; me recuperé y logré caminar sin ayuda.

Cuando leí nuevamente El Mensaje de la Cruz en la sala de pacientes, conmovió mi corazón y comencé a llorar con lágrimas sinceras. Sentí que cada línea había sido escrita para mí; yo había nacido de nuevo por la gracia de Dios, así que subrayé las partes importantes y las guardé en mi corazón. Me arrepentí por no haber conocido el amor de Dios antes y por vivir a mi manera. Me sentí agradecido con el Pastor Principal por haber renovado mi alma con su poderosa oración.

Al cuarto día, me sentí bien y anhelé salir del hospital. El médico no me lo permitió porque dijo que era peligroso, y que debía estar en observación. No obstante, me transfirió a la sala general. No tuve ningún problema al caminar, al comer y tampoco al hablar. Él seguía diciendo que era la primera vez que veía algo así. Yo pude dejar el hospital el día 2 de mayo. Comencé a trabajar con normalidad. Yo trabajaba, caminaba y hacía ejercicio. Me sentía muy bien y saludable.

Sin la oración del Pastor Principal yo viviría con discapacidades como consecuencia del daño en el cerebelo causado por el infarto cerebral. Me siento muy feliz de poder vivir una vida normal y sin efectos secundarios. Doy todas las gracias y la gloria a Dios.



Resonancia magnética: infarto cerebral en el cerebelo izquierdo.




El hermano Seungwoo Lee haciendo ejercicio


 

 

 
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