Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
Diaconisa Delma Dungug (70 años), Iglesia Manmin de Cebú (Filipinas)
Yo sufrí de diabetes y de hipertensión por los últimos diez años. A veces colapsaba y mis piernas se inflamaban. Mi vida no era fácil. En agosto de 2011, mi nieto, Immanuel Japra (izquierda en la foto), me llevó a la Iglesia Manmin de Cebú. Él solía pasar todo su tiempo bebiendo y en los juegos electrónicos, pero desde que fue a la iglesia su vida cambió por completo. Cuando yo comencé a asistir a la iglesia, mi vida también cambió. Ahí sentí paz y todas las preocupaciones desaparecieron.
Recibí mucha gracia de parte del Pastor Principal, el Dr. Jaerock Lee, y de sus sermones en GCN. Me sentí asombrada por sus obras poderosas. Comencé a guardar el Día del Señor y a orar bastante. El 7 de febrero de 2014 comencé a temblar de repente durante la Reunión de oración de Daniel por causa de la hipertensión. Al final perdí la conciencia. Fue un momento crítico. Pero la Pastora Rosetta Sung oró por mí con el pañuelo de poder (Hechos 19:11-12) y roció el agua dulce de Muan sobre mí (Éxodo 15:25). De inmediato recobré la conciencia y volví a la normalidad.
En junio de 2016 comencé a sentir dolor en mi pierna. Estaba inflamada y había una herida que supuraba. En poco tiempo la pierna se inflamó mucho. Tenía dolor extremo y no podía caminar ni dormir bien. Dado que el clima estaba húmedo y caliente, los insectos se acercaban a la herida infectada. Tuve que ponerle una banda alrededor. Pero la parte afectada no mejoraba por causa de la diabetes, y la banda se mantenía mojada por causa de la supuración.
Me arrepentí de no haber entendido que no debía juzgar a los demás ni tener conflictos con ellos. Me sentí incómodo. Por eso, envié una petición de oración a la Iglesia Central en Corea, para recibir la oración del Pastor Principal. El domingo 2 de octubre recibí su oración con fe. La parte infectada comenzó a secarse y el dolor desapareció. Pude caminar y dormir bien. También fui sanada de diabetes y de hipertensión. Ahora estoy muy saludable. ¡Aleluya!
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