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«¡El poder del pastor renueva el corazón de los pueblos!»
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Septiembre 10, 2017 |
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Anciano Joongik Jeon, Presidente de la Asociación de Funcionarios de Policía
Soy jefe de patrulla de la División de Patrulla de Danggok en la oficina de la Policía de Gwanak. El 30 de junio de 2017, fui elegido como funcionario ejemplar y recibí el elogio del Primer Ministro. He recibido más de cuarenta premiaciones en reconocimiento por mis contribuciones a la nación. Es todo por la gracia de Dios que recibí tan grandes bendiciones las cuales son más de lo que realmente hice durante treinta años.
En noviembre de 1993, unos años después de que me registrara en la Iglesia Central Manmin, participaba en la supresión de disturbios en el Templo de Jogyesa. El camión escalera en el que mis compañeros de trabajo y yo estábamos, se volteó y caímos de una altura de quince metros. En este grave accidente, no me lastimé en absoluto. Yo estaba perfectamente protegido. Después, comencé a tratar de vivir por la Palabra de Dios siguiendo la buena enseñanza del Pastor Principal, el doctor Jaerock Lee.
Pasé por muchos tipos de incidentes mientras estaba de servicio. Debido a mi arrogancia, solía estallar en ira, pero desde un cierto momento, empecé a considerar a las personas que llegaron a la estación de policía como almas «más preciosas que el mundo entero». Les preguntaba si querían agua; y si la preferían caliente o fría. Cuando intentaba ser amable con ellos, eran conmovidos por mis pequeños actos de bondad. En ocasiones algunas personas me tomaban las manos y lloraban.
Un día, un hombre fue puesto bajo nuestra custodia. Cuando este hombre ocasionó disturbios, diez agentes de policía no fueron capaces de dominarlo. Era un convicto que había sido encarcelado en varias ocasiones durante treinta años. Gritaba y masticaba las tapas de las botellas o las tapas de la caldera. Justo en el momento, un testimonio vino a mi mente; era que incluso las personas con trastornos mentales, los poseídos por los demonios e incluso los perros que ladran, tenían miedo de la imagen del pastor principal.
Entré en la celda de retención para reunirme con él con la foto del pastor principal. Había estado gritando y moviéndose violentamente antes de entrar. Pero como yo esperaba, cuando vio la foto, no podía mirar directamente a los ojos en la foto e intentó evitarla. Se dirigió a la esquina de la habitación y trató de esconderse. Le prediqué la Palabra de Dios, lo abracé y oré por él con lágrimas. Lo traté con el amor del Señor. Finalmente cambió y me envió una carta desde la cárcel.
La carta decía: «Solía estar encadenado al pecado durante treinta años. Le doy gracias a Dios quien rompió esa cadena. Recibí grandes bendiciones por medio del libro Cómo Gozar de la Vida Eterna aun antes de la Muerte que usted me regaló. Le di el libro a otros presos, y al leerlo ellos también recibieron consuelo de parte de Dios». Cuando leí la carta me quebranté con lágrimas. En el año 2016, recibí un reporte. Era sobre una mujer que estaba viviendo en una casa que había sido abandonada hacía diez años. Ella prendía fuego para quemar la casa y amenazaba a sus vecinos. Primero informé este caso a mi oficina central para que la mujer pudiera recibir ayuda financiera y administrativa. Además fui donde ella y oré con el pañuelo sobre el cual el doctor Lee había orado (Hechos 19:11-12). También le di el libro de memorias testimoniales del pastor Lee y le llevaba comida. Cuidé de ella tanto en lo espiritual como financieramente. En siete meses ella finalmente volvió a la normalidad. En la actualidad está llevando una vida normal. ¡Aleluya!
A través de estos incidentes, sentí la existencia del mundo espiritual. También estaba convencido de que incluso las personas que parecen imposibles de ser renovadas pueden ser transformadas por el amor y la gracia de Dios y el poder del pastor. Mi trabajo es un poco duro, pero la Palabra de Dios es una lámpara a mis pies y una luz a mi camino. He experimentado el poder del pastor y he cumplido felizmente mis deberes.
Doy todas las gracias y la gloria a Dios que ha permitido que me dé cuenta de la verdadera bondad y el amor y me puso en Su guía.
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