Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
«Mis trompas de Falopio estaban bloqueadas, pero Dios me dio un hijo»
Diaconisa Yuna Park (45 años), Zona 31, Iglesia Central Manmin
En abril del 2014, me casé a una edad avanzada. Pero tenía un problema; yo quería tener un bebé, pero no lo lograba. En mayo del 2015, me sometí a una salpingografía ya que mis trompas de falopio estaban bloqueadas. Acudí a una famosa clínica de medicina oriental y tomé la medicina oriental, pero no hubo ninguna diferencia. En diciembre del mismo año, mi esposo y yo recibimos la oración del Dr. Jaerock Lee. Pero como parecía que yo no había concebido en ese preciso momento, poco tiempo después volví a otros métodos.
A finales del 2016, fui a un especialista en cirugía laparoscópica en un hospital grande y me sometí a un examen para verificar la función de los ovarios. Me diagnosticaron insuficiencia ovárica, lo que causaba que las probabilidades de embarazo natural estuvieran por debajo del 10 %, aunque todo lo demás estaba normal. Había pensado en desistir, pero me sentía apesadumbrada por mis suegros. A partir de entonces, finalmente comencé a orar por la apertura de mi vientre.
A principios de mayo del 2017, mi esposo y yo estábamos ofreciendo servicio de familia con ayuno por la bendición de la concepción. Me fue dada la gracia para arrepentirme completamente y derramé muchas lágrimas de gratitud. Me arrepentí de no haber creído en la oración poderosa del Doctor Lee aunque había llevado una vida cristiana durante mucho tiempo y había presenciado y oído sus poderosas obras, y aun las había experimentado.
Un mes después, mi período debía llegar, pero no fue así. ¡Me hice la prueba de embarazo y fue positiva! He derramado lágrimas de gratitud sin cesar. Me sentí muy agradecida de llevar mi vida de creyente en esta iglesia. El 15 de junio el embarazo fue confirmado en un hospital de ginecología y obstetricia. El médico dijo: «Usted tiene seis semanas de embarazo. Está en su útero. Hay un saco vitelino y podrá escuchar los latidos del corazón». Mi esposo y yo estamos muy felices por este regado que Dios nos dio. Doy todas las gracias y la gloria a Dios quien me ha bendecido en mi espíritu y cuerpo.
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