Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
“¡Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino!”
Aunque he asistido a muchas iglesias desde mi niñez, no tenía un verdadero conocimiento de Dios. Yo sólo seguía a mi padre a la iglesia.
Al mismo tiempo, mi familia y yo escuchamos los sermones del Dr. Jaerock Lee por primera vez en 2009 en TBN Rusia. Realmente me gustó, busqué la iglesia en Internet y escuché a muchos de sus sermones en el sitio web.
Cuando escuchaba los sermones del Dr. Lee o me unía a los servicios de adoración de la iglesia en tiempo real a través de Internet, sentí su amor ferviente y su integridad. Mi familia se dio cuenta cómo debemos vivir si tenemos verdadero amor por Dios. Al comenzar a tratar de vivir por la Palabra de Dios, mi padre, Anton Degu Sissay fue bendecido al prosperar en su negocio.
En el año 2015, cuando era estudiante de preparatoria, quería asistir a los servicios de adoración en vez de ir con mis amigos quienes sólo se divertían. Lo hice así porque aprendí que Dios nos protege y bendice cuando guardamos el día del Señor y le damos el diezmo.
También escuché el sermón del Dr. Lee “Las claves para estudiar bien” y estudié afanosamente. Como resultado, fui admitida en la Universidad Médica Nacional Kharkiv con buen puntaje. Dicha institución es la más prestigiada en la ciudad. El pastor principal exhortó a los estudiantes a glorificar a Dios estudiando bien, también recordé sus palabras cuando tuve dificultades mientras estudiaba.
Aún siento la presencia y la ayuda de Dios cuando estudio. En particular, cuando tuve exámenes importantes este año, las preguntas que esperaba y que había estudiado aparecieron en el examen de modo que pude obtener altas calificaciones en cada tema y fui premiada con una beca completa.
A menudo pensaba, ‘¿Qué hubiera sucedido si no hubiera conocido al pastor principal y no me hubiera dado cuenta de la verdad? ¿Dónde estaría ahora? ¿Qué estaría haciendo? ¿Creería en Dios? ¿Podría haber obtenido la salvación?’
Pero ahora conozco la verdad eterna. Creo en la existencia del cielo y el infierno. Estoy bien consciente de que este mundo es transitorio y vano. Sé muy bien que la verdad nos lleva a alejar el placer mundano, el pecado y la maldad a través de ferviente oración y de la santificación, y a disfrutar la felicidad eterna en la Nueva Jerusalén.
Le doy gracias a toda la gloria a Dios, quien ama y bendice a mi familia. ¡Extiendo mi gratitud al pastor principal quien nos ayudó a convertirnos en uno de los hijos verdaderos de Dios!
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