Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
“¡Me fue sacada una abeja de mi oído después de que se hiciera oración!”
Hermana Padma Priya (la tercera de izquierda a derecha) lleva una vida feliz como creyente con su familia. Sus hijos también han experimentado obras poderosas. A la izquierda, Nivetha, la hija mayor fue sanada de incontinencia urinaria, su hijo Devaraj fue sanado de enfermedad cardiaca, y su hija menor, Papitha fue sanada de hipertiroidismo.
Hermana Padma Priya, 36 años, Iglesia Manmin Chennai, India
Alrededor de las 11 p.m., el día 19 de enero, yo estaba durmiendo. De repente, algo se metió a mi oído izquierdo y me desperté. Había abejas negras alrededor de mi casa, y una de ellas fue la que se metió al oído. La abeja se movió toda la noche en mi oído, así que tuve dolor en el oído y en la cabeza. Cuando mi esposo me vio con dolor, puso aceite de coco en mi oído para sacarla. Pero se metió más profundamente en el oído. Mi hija me llevó al hospital la mañana siguiente. El doctor no pudo sacarla y me dijo que fuera a un hospital más grande. Mi hija llamó al Pastor Joseph Han y le platicó mi situación. Su consejo fue continuar recibiendo la oración del pastor principal Dr. Jaerock Lee por los enfermos. Me arrepentí de no haber guardado el día del Señor apropiadamente dando excusas de mi trabajo y recibí ardientemente la oración que hizo el pastor principal. Fui a trabajar tarde y continué recibiendo la oración. Hice una confesión de fe a mis compañeros del trabajo, que la abeja se había ido antes de salir de trabajar. Alrededor de las 4:30 p.m., la saqué de mi oído con un alfiler y la ayuda de un compañero. ¡Aleluya! Me di cuenta de la importancia de guardar el día del Señor a través de esta experiencia. Le doy todas las gracias y la gloria a Dios quien me bendijo para amar al Señor y también extiendo mi gratitud de corazón al pastor principal quien me alimentó con la preciosa palabra de vida.