El retiro inolvidable donde fui sanado de un caso severo de dermatitis en mi mano derecha
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Agosto 26, 2007 |
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~ Sang-mi Yoon (3 Misión de Jóvenes)
Hace casi tres años, ampollas se empezaron a formar en mi mano derecha y empecé a tener picazón. Cuando el clima estaba seco, la situación empeoraba. Luego el año pasado, la picazón empeoró y cuando me rascaba, en ocasiones sangraba. En Julio, no fui capaz de dormir mientras me mantenía despierto hasta el amanecer y rascaba mi mano hasta que sangraba. El área dañada se volvía en llaga algunas veces, y después de mirar fijamente en el espacio en blanco en medio de un insoportable dolor, me iba a la cama cerca de las 4 o 5 de la mañana. Mientras esto se repetía, la herida se volvía más severa, se formaron abscesos, y las ampollas se reventaron, mis dedos empezaron a hincharse y el dolor era tan severo que sentía como si estuvieran siendo lacerados. Me preparaba para “El Retiro de verano de toda la iglesia del 2006”, que empezó el 7 de Agosto, con un corazón intenso, confiando que sería sanado allí, y ayuné por tres días antes de éste. Durante el Retiro, serví como ujier y estaba tan agradecido de saber que yo podía hacer algo para Dios y confié una vez más que recibiría la sanidad de Dios agradándolo. En el segundo día del Retiro fueron las sesiones de lectura del Pastor General Dr. Jaerock Lee. Yo no quería perderme ni una palabra de esto y de buscar la solución para mi problema. Entonces, Dios me recordó de los tiempos que yo había renegado contra todo y contra todos, cuando fijé mis ojos en el mundo en lugar de Él, y dejé de orar; me arrepentí de todo esto desesperadamente. Cuando el Pastor General oró por los enfermos al final del evento, recibí su oración mientras sostenía mi mano derecha con la izquierda y justo en ese momento, mi mano dejó de picar y de sentir molestia, y pude decir que el dolor había desaparecido. ¡Era como si pensara que nunca había estado enfermo! El tercer día del Retiro fue una reunión de oración dirigida por la Sra. Bokmin Lee, Presidenta del Centro de Oración Manmin, durante la cual oré fervientemente por arrepentimiento mientras conservaba en mente el mensaje del Pastor General que había escuchado el día anterior. El fuego del Espíritu Santo descendió sobre mí y cuando rendí mi corazón en arrepentimiento, mi corazón se sintió tan liviano y cargado de gozo. Al volver a casa después del Retiro, descubrí que el área dañada había tomado un giro notoriamente favorable. Por un lado, como había dejado de rascarme, la hinchazón y los abscesos desaparecieron. La herida sanó rápidamente y se formó la costra, la cual fue cayendo día tras día, mi mano pronto volvió a estar bien de nuevo. ¡Aleluya! Después de “El Retiro de verano de toda la iglesia del 2006” en el cual experimenté al Dios viviente, ¡estoy esperando el momento de recibir más bendiciones y gracia en el Retiro de Verano de este año!
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