Las Bendiciones desde Dios sin fin en tiempo de Recesión
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Marcha 01, 2009 |
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Muchas personas dicen que estamos viviendo tiempos más difíciles que la crisis financiera de Asia de 1998. Docenas de pequeñas o medianas empresas están cerrando sus puertas cada día. Muchas personas están quedándose sin empleo, incluso hoy mismo. Los precios han subido, lo que ha causado que los consumidores gasten menos. Pero Dios promete en Deuteronomio 28 que seremos bendecidos cuando entremos y cuando salgamos y que no pediremos prestado, sino que prestaremos, si observamos mandatos básicos como creyentes que incluyen dar el diezmo completo, guardar el Día de Reposo y vivir conforme a la Palabra de Dios. A continuación, los invitamos a conocer personas que experimentaron bendiciones de Dios luego que dieron sus diezmos completos en este tiempo difícil.
¡Dios me bendijo con un ascenso!
El anciano Cho está sirviendo fielmente en la iglesia como miembro del Comité Financiero, vicepresidente de la Compañía Financiera de la Misión y vicepresidente de la Misión de Hombres 3-1. Tiene 50 años y pertenece a la parroquia 14-1 de la Iglesia Central Manmin, de Seúl, Corea. Trabaja en el Banco Industrial de Corea. El 22 de enero fue ascendido de la categoría 4° a la 3°. Un día, en el mes de noviembre último, le dio a Dios todos los diezmos juntos que no le había dado hasta ese entonces. Diez años antes, él había recibido un préstamo, y un mes después comenzó a redimirlo, pero desde entonces se ha sentido atribulado por no dar el diezmo de ese préstamo. Le preguntó al Dr. Jaerock Lee lo que debería hacer. El le respondió, "dar el diezmo primeramente por fe es una prioridad en cualquier circunstancia". En diciembre, inesperadamente el Dr. Lee oró diciendo "permite que lo imposible sea posible y que lo posible sea aún mejor, y dale la bendición del ascenso". Un mes después, él recibió la respuesta. "¡Señor, Cho! ¡Usted recibió un ascenso! ¡Felicitaciones!" Cuando trató de ser perfecto ante Dios como anciano, el pudo experimentar el amor de Dios que lo ayudó a darse cuenta de cuál era Su voluntad y cuál había sido el error, y luego lo bendijo.
La bendición vino sobre un restaurante chino llamado "La Gran Muralla China"
La diaconisa Oksun Yu dirige un pequeño restaurante chino llamado "La Gran Muralla China" en Sindaebangdong, Donjak Gu, Seúl. Luego de la pérdida de su esposo en el año 1992, vivió en desesperación y tristeza, e incluso sufrió ataques demoníacos. En el 2000, fue guiada a la Iglesia Manmin; y dos años más tarde, siguió por internet el Festival de Oración de Sanidad y Milagros de La India. Cuando el disertante, Dr. Jaerock Lee oró por los enfermos, las fuerzas de las tinieblas la dejaron y recuperó su salud. Vino a Corea en mayo de 2003. Trabajó para vivir, en diferentes restaurantes, y en uno de ellos, conoció a su esposo quien, mientras estaba trabajando en la cocina, escuchaba himnos. Se casaron y abrieron el restaurante "La Gran Muralla China", en mayo de 2008. Ella ponía su sinceridad, incluso en un bol de jajangmyeon y servía a sus clientes con una sonrisa. Ella ha instalado una antena GGN en su restaurante y comparte el evangelio de santidad. Sin embargo, ella no podía dar su diezmo completo. Debido a que ella consideraba la poca fe de su esposo, ofrecía el diezmo en forma irregular y asistía a los cultos del domingo a la mañana, pero abría el restaurante por las tardes. Sin embargo, el negocio empeoró y ella oró varias veces por su restaurante y por la fe de su esposo. Mientras el Dr. Jaerock Lee estaba predicando el mensaje titulado "Diezmos completos y ofrendas", en el servicio del domingo a la mañana, "Sentí pena ante Dios porque Dios incluso nos permitió que lo probáramos con nuestros diezmos pero yo no pude mostrar fe. Un día le dije a mi esposo, ofrezcamos un diezmo completo y veamos qué pasa, él asintió con placer".
Desde el 1° de enero de 2009, separaron el diezmo completo de todo su ingreso. El cambio había venido más rápido de lo que ellos esperaban. A partir del día siguiente tuvieron el doble de clientes de lo que estaban acostumbrados. "Cada día contamos ingresos, antes recibíamos 30 personas en nuestro restaurante pero el número subió a 70. La bendición aún continúa". Ella y su esposo se veían muy felices durante su testimonio.
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde." (Malaquías 3:10).
Dios nos ha prometido abrir las ventanas de los cielos y derramar sobre nosotros bendiciones, hasta que sobreabunde, si damos nuestro diezmo completo y nos permite probarlo en esto. La diaconisa Yu y su esposo se han dado cuenta del amor de Dios que quiere bendecir a Sus hijos y mejorar su fe.
"¡He encontrado paz verdadera después de 10 años en la fe!"
Junghwan Kim (Parroquia 52-31)
Aunque estuvo ocupado trabajando arduamente, su ganancia parecía ser cada vez menor. Él se preguntaba por qué su condición financiera no mejoraba a pesar de su dedicación al trabajo. Finalmente, se preguntó si eso tendría que ver con el diezmo. El pastor de su parroquia le había enseñado muchas veces que debía diezmar si quería recibir bendición. Pero el no había dado el diezmo por 10 años y a veces lo reemplazaba con ofrendas de acción de gracias. Estaba dispuesto a hacerlo, pero con el paso del tiempo, se convirtió en uno de sus motivos de oración y preocupación. Mientras tanto, el mensaje titulado "Diezmos completos y Ofrendas" comenzaba a ser compartido durante los cultos de los domingos a la mañana. No fue sólo de casualidad, sino por la gracia de Dios para su vida. Profundamente conmovido por los sermones, tuvo certeza del mandamiento sobre el diezmo, y comenzó a ofrecer diezmos completos cada semana desde la 2° semana de diciembre. Entonces, le ocurrió algo maravilloso. No había podido cobrar el pago de un trabajo que había terminado la última mitad de octubre. "Visité a los deudores y les pedí que me pagaran unas cuantas veces, sin resultado positivo. El 31 de diciembre, para mi sorpresa, enviaron el resto del dinero, un monto de 35 millones de won a mi cuenta. Era la 3ª semana desde que comencé a dar diezmos completos. Esta experiencia me enseñó una gran lección". Pensé, "Esta bendición la recibí por vivir conforme a la Palabra de Dios". "Sobre todo, tengo una paz en mi corazón que nunca antes tuve". No sólo recibió bendición material, sino también de vuelta su sonrisa. Un granjero cosecha lo que siembra pero es Dios quien le provee el agua, la luz del sol, las semillas para la planta, salud y sabiduría para trabajar. Ahora se ha dado cuenta de que es el amor de Dios que nos permite quedarnos con el 90% aunque todo le pertenece a Él.
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