Mi Historia Feliz Como Gerente de una Verdulería
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Julio 19, 2009 |
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De Hombre Desempleado a Dueño de Dos Verdulerías
Diácono Hangsuk Bang (Parroquia 1-2, Misión de Hombres 2-1)
Un momento de felicidad en su familia (Desde la izquierda: Jion, Jisung, Diácono Hangsuk Bang y su esposa, Diaconisa Jungsuk Park)
"Nosotros hallamos que la vida es emocionante cuando suceden cosas inesperadas en nuestras vidas. Un buen ejemplo de esto es la siguiente historia de un hombre que era una vez un hombre de negocios asalariado, pero ahora se ha convertido en el dueño de un par de verdulerías". Esto fue lo que ocurrió luego de haber perdido mi trabajo durante la crisis financiera IMF de Corea en 1999. Estaba comiendo en un restaurante y vi un camión cargado de vegetales que pasaba. Yo pensé que esto era lo que realmente necesitaba, así que preparé un camión y empecé a vender vegetales recorriendo por las calles. Al no tener experiencia tuve que padecer muchos problemas. Pero así como Dios estaba con José por dondequiera que él iba, yo creía que Dios me estaba viendo todo el tiempo y que me hacia aprender a través de las dificultades. Entonces yo intentaba ser agradecido incluso cuando las ventas no eran buenas. Luego Dios me permitió abrir un pequeño negocio en la esquina de una calle en Nangok-dong, en el distrito de Gwanak, Seúl, Corea. Llamé el negocio "Verdulería de Un Dólar" queriendo vender las verduras a un precio económico. Además traté a cada cliente con amabilidad y me mantuve en el camino correcto proporcionando verduras frescas y de buena calidad. Yo tenía que tranquilizarme e impedir provocar mi ansiedad mental siempre que iba al mercado mayorista. En ese lugar dónde las personas pelean por el dinero, me sentía afligido ante Dios cuando a veces levantaba mi voz. ¿Puedo actuar así siendo un creyente en Dios? Oré y me di cuenta de que estaba buscando mi beneficio y causando dificultades a los demás. Pero cuando alcance un corazón generoso y reconocí a los demás, mi corazón se confortó mucho. Nada puede bloquear a Dios cuando está deseoso de dar bendición. Realmente fui inspirado a abrir otra tienda de la cadena mientras estaba en oración. Aunque los demás me aconsejaron al decirme: "¡Lo que usted está pensando es imposible! Usted tiene que pensar más antes de actuar" Sin embargo, yo gané una convicción aún mayor, y es así como abrí una nueva cadena de las tiendas "Verdulería de Un Dólar". Antes de hacerme cargo de ese lugar, me paraba en frente del negocio a diario y oraba diciendo: "Yo quiero hacerme cargo de este lugar si Tú me lo permites, de lo contrario, me rendiré".
Yo abrí la tercera, cuarta y quinta tienda, y estaba dependiendo totalmente en Dios. Pagué el diezmo entero de mi ingreso total, incluyendo los sueldos del personal y otros gastos. Cuando yo no separaba el diezmo debido a los problemas financieros, yo lo apuntaba y después lo ofrecía todo en una sola vez. En 1995 llegué a la Iglesia Central Manmin a través del libro de memorias testimoniales del Dr. Jaerock Lee titulado "Saboreando la Vida Eterna Antes de la Muerte". En ese entonces estaba sediento de la Palabra de Dios y estaba enamorado de los mensajes espirituales. Recuerdo que me arrodillaba de forma abrumadora mientras escuchaba el mensaje "Cielo" en cintas de audio. Por todas partes la iglesia estaba llena con la gracia, por lo que me sentía como si estuviera en el Cielo. Me sentía feliz siendo simplemente un miembro de Manmin. Con un corazón agradecido por la gracia, mi esposa y yo nos estamos dedicando como Devotos de Oración y miembros de la Misión de Voluntarios de Manmin. Nuestra familia una vez más sintió el profundo amor de Dios a través de nuestro hijo menor de seis años, Jion, quien padecía de congestión nasal y dificultades al respirar. En el hospital el fue diagnosticado con otitis media, empiema, y rinitis. Nos preparamos para recibir la oración del Dr. Jaerock Lee, haciendo oración y ayuno, y después de recibir su oración, Jion se sanó completamente. Nosotros sentimos nada más que agradecimiento por el amor de Dios quien nos abraza más calurosamente cuando confiamos y contamos con Él en cualquier tipo de situación.
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