Señor, ¿se encuentra bien? ¿Está lastimado?
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Agosto 22, 2010 |
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Diácono Hyunkeun Kim (Misión de hombres, Zona 19)
A las 8:45 hrs. del 14 de mayo de 2010, yo me encontraba conduciendo una motocicleta para ir al trabajo y estaba pasando el cruce de caminos cerca del Municipio de Seongnam. De repente un taxi golpeó mi motocicleta. La calle de tres carriles estaba muy congestionada; el tercer carril estaba lleno de materiales de construcción que iban a ser usados en el nuevo complejo comercial, y un bus urbano muy grande se había detenido en el centro del segundo y tercer carril para que se bajen los pasajeros. También había un taxi esperando detrás del bus. Ingresé al primer carril y estaba tratando de doblar en U, cuando en ese instante, el taxi cambió repentinamente de curso y golpeó mi motocicleta mientras intentaba entrar en el mismo carril en el que yo estaba esperando. Entonces mi motocicleta y yo fuimos lanzados a tres metros y caímos al piso. Pero sentí como que había caído cómodamente sobre un colchón.
Mi motocicleta rebotó nuevamente, cruzó la línea divisoria central de la calle, se deslizó cinco metros más en la calle opuesta, y se detuvo frente a un bus que venía en esa calle. Fue realmente una bendición que no había ningún vehículo en la calle, de lo contrario hubiera sido un grave accidente de tránsito. Yo estaba muy avergonzado y sorprendido como para notar qué parte de mi cuerpo me dolía y cuán adolorido estaba. El conductor del taxi se me acercó apresuradamente y me preguntó: "¿Se encuentra bien? ¿Está lastimado?" Yo le dije: "Por qué no esperó tres segundos más antes de doblar? Por favor llame a la policía y una ambulancia". Mi ropa de trabajo estaba destrozada y todo mi cuerpo estaba adolorido. Ambas rodillas estaban sangrando y el piso estaba cubierto de sangre. Llegó la ambulancia y me enviaron al Hospital Bundang Cha.
A las 11:00 hrs. el médico me dijo que yo estaba gravemente lastimado y que era necesario un chequeo completo, así que me hizo pasar a una sala. Pero mi corazón sentía paz. Yo consolé al conductor del taxi que estaba a mi lado y se veía muy irritado. Le dije: "No se preocupe, las cosas van a salir bien. No habrá nada que impida que usted siga ganándose la vida". Él estaba un poco turbado, pero dijo: "¡Gracias! ¡Gracias por sus buenas palabras! Deseo que se recupere pronto. Lamento mucho todo esto".
Mientras me hacían el chequeo completo, medité en mi vida pasada y me pregunté por qué me había ocurrido esto. Entonces recordé que no había adorado a Dios en espíritu y en verdad durante los servicios de adoración, había dejado de orar, estaba fallando en mi responsabilidad como esposo y padre en el hogar, e incluso disfrutaba de los juegos computarizados. Empecé a arrepentirme y oré a Dios pidiendo perdón por mis pecados. Luego de arrepentirme en oración, recibí la oración por los enfermos del Dr. Jaerock Lee que está grabada en el servicio telefónico de respuesta automática.
Mientras tanto empezó el chequeo. Me tomaron 28 radiografías y me hicieron tomografías del cuello, abdomen, rodillas y tobillos. Los resultados estuvieron listos a las 15:00 hrs. Al verlos, los médicos se sorprendieron y me dijeron: "Sr. Kim, esto es sorprendente. Ninguno de sus huesos ha sido lastimado. Usted puede regresar a su casa después de tomar las medicinas".
Me trataron brevemente los hematomas y rasguños, y salí del hospital. Mi motocicleta no tenía daños, excepto por el espejo derecho. Este incidente causó que me arrepintiera y alejara del corazón inestable, así como del persistente apego a las cosas del mundo, e incrementó mi amor por Dios y mi esperanza por el Cielo. Esto me fue muy valioso. ¡Aleluya!
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