Vitaly Tabaranu (33 años, Iglesia Manmin de Moldavia) Desde mi niñez asistía a la iglesia. Sin embargo, vivía en el pecado desobedeciendo la Palabra de Dios. No obstante ello, creía que era salvo. Mi vida no tenía sentido. ...
Salimos totalmente ilesos tras un accidente automovilístico
Hermana Dunia Masa (Iglesia Manmin de Bruselas, Bélgica)
En julio de 2010 asistí al 4to Campamento Europeo "Mensaje de la cruz" realizado en Finlandia y patrocinado por el Centro de Entrenamiento Misionero Manmin (MMTC por sus siglas en inglés). Fui conmovida en gran manera en el evento, y tuve la oportunidad de experimentar personalmente el amor y poder de Dios. El 30 de julio, después de la vigilia entera del viernes, mis padres condujeron un automóvil a la iglesia para recogerme, como de costumbre. De regreso a casa, estábamos esperando el cambio de luces en una intersección, cuando de repente un automóvil movilizándose en la dirección opuesta se acercó hacia nosotros y colisionó con nuestro auto. El conductor estaba muy ebrio. Ese día yo no había ajustado mi cinturón de seguridad, por lo que fui lanzada violentamente hacia delante y pensé que moriría. Pero al abrir mis ojos me di cuenta que ni mis padres ni yo estábamos heridos en lo absoluto. Al salir del automóvil vimos que el coche estaba destruido por completo. Las personas que observaron el accidente decían haber pensado que nosotros estábamos muy heridos o muertos. El conductor del otro vehículo tampoco estaba lastimado de gravedad. En este accidente en el que nuestro automóvil quedó completamente arruinado, Dios nos protegió y nos libró de secuelas. Damos todas las gracias y gloria a Dios.
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