¡Yo he escapado de montañas de deudas con oración y Sus bendiciones ahora llenan mi vida!
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Diciembre 17, 2006 |
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Diacono Seung-hong Ji (Presidente, Donghwa Foods; 1-4 Parroquia, 2-1 Misión de Hombres)
Viviendo en angustia con mas $800,000 en deuda.
Yo había estado trabajando en una compañía de instrumentos de automatización robótica, pero renuncié en 1997. Debido a la crisis financiera que se extendió a través de Asia a finales de los 1990s, sin embargo, era difícil encontrar un nuevo trabajo y mi corazón estaba en agonía al saber que yo no podía proveer para mi familia. Después de escuchar que la industria de manufacturación de café instantáneo iba a ser un éxito, yo me involucré en esto en 1999 con la ayuda de un conocido. Pero la compañía cayó en tres años después de unas pocas ventas, empleados cometieron un error que le costó a la empresa cerca de $150,000 US dollars. Yo fui capaz de establecer otra fábrica en Hwasung, Provincia de Kyongi, pero cuando uno de los clientes principales, abolió un contrato unilateralmente, fui dejado con una deuda de sobre $800,000 y empezó mi vida de angustia.
Empezando a ser transformado con la oración de una esposa y demostraciones de amor.
A pesar de todo esto, mi esposa Diaconisa Jeehee Kang nunca se enojó, aun cuando yo no le había llevado ni un solo cheque de pago en un año, pero ella había estado llena de lagrimas en ayuno y oración por mi. Ya que a ella no le fue posible el dar una Ofrenda de Acción de Gracias a Dios, mi esposa escribió una cierta cantidad en el sobre de ofrenda, prometiendo darle a El la ofrenda algún día, y frecuentemente iba ante el Pastor General Rev. Dr. Jaerock Lee a recibir sus oraciones de bendición. Yo había sido un cristiano desde la época que estuve en el vientre de mi madre y me afilié a Manmin en 1997, pero como había estado por mucho tiempo en amistades con el mundo, se me hacía muy difícil empezar a encontrar mi vida en Cristo y sin embargo, cómo sería esto ahora para vivir mi vida en mis propios términos. El Domingo 14 de Diciembre del 2003, yo estaba en casa, aparentemente ni siquiera preocupándome para proponerme a mi mismo el ir a la iglesia. Ese fue el día cuando sentí un torrente de una sensación de vacío y de fracaso en la vida, la cual nadie podría entender sin experimentar esa sensación por si mismo. Yo no quería desperdiciar mi vida en esa manera y me reté a mi mismo para ir ante Dios y aferrarme a El una última vez. Cuando asistía a la "Reunión de oración de Daniel" la siguiente tarde, algo finalmente sonó en mi cabeza al preguntarme a mi mismo, “¿Que he hecho yo por Dios?" y la gracia del arrepentimiento empezó a llenar mi corazón. Y empecé a desgarrar mi corazón en arrepentimiento, recordando las veces que había estado en amistad con el mundo, fallé en estar en paz con mi esposa, y con otros. Desde ese día en adelante, yo fui lleno con un celo y sed por la vida y esperaba el momento en que "La Reunión de oración de Daniel" empezaría. En la medida que empecé a orar un día y otro, ya no me sentí más cargado por la deuda y mi corazón estaba en paz aun cuando no tenía ni el gasto diario para vivir cada día.
Experimentado de primera mano el trabajo de Dios cuando oraba cada noche.
Había momentos cuando no me podía obligar a mi mismo a orar y la única cosa que quería era descansar. Pero, yo no podía permitirme descansar cuando recordaba mis días de angustia, mis días sin oración. Algunas veces, yo no podía exprimir ni una onza de energía para orar. Pero cuando yo unía mis manos en oración, doblaba rodillas y sudaba abundantemente en 30, 40 minutos de oración cada día, yo podía sentir como Dios estaba llenando me con el Espíritu Santo. Al mantener esto por cerca de medio año, yo pude decir que mi vida de oración había sido fortalecida, mi fe aumentada, y que las circunstancias en y alrededor de mi vida estaban empezando a cambiar. Las llamadas incesantes de los acreedores terminaron. Clientes inesperados llamaban, pidiéndome hacer negocios con ellos. Fondos que yo necesitaba estaban de alguna manera siempre preparados para ser usados. Rayos de esperanza empezaron a penetrar mi corazón uno a uno y yo pude reunir la fortaleza para pararme en mis pies de nuevo. Luego en el verano del 2004, yo tuve un sueño en el cual el Pastor General estaba señalando a la fruta en un árbol de roble y estaba a punto de decirme algo inolvidable. "Esta es la bendición", dijo él. “¿Que harías tu para recoger la fruta de este árbol? ¿No necesitarías sacudirlo? Orar es sacudir el árbol. La fruta caerá solamente cuando tu sacudas el árbol con todo lo que has obtenido".
Comprometer todo a Dios por fe y en oración
Yo tomé este sueño para mi corazón como un signo de bendiciones venideras y oré aun más fervientemente. En momentos me sentía como que solamente había orado por 10 minutos, sin darme cuenta que había transcurrido una hora. Había momentos cuando todo mi cuerpo se empapaba en mi sudor cuando oraba por la iglesia y por el Pastor General. Algunas veces, de acuerdo a mi propio juicio, parecía que había un 99% de oportunidad de éxito para firmar un acuerdo con un cliente, pero entonces el negocio se caía. Al experimentar estas situaciones una y otra vez, yo solamente oraba para que todo fuera totalmente de acuerdo a la voluntad de Dios y para seguir caminando en fe. Yo también me acordé de ir ante el Pastor General Rev. Dr. Jaerock Lee para pedir su consejo y recibir sus oraciones de bendición. “¡Guíalo a reunirse con buenas personas y bendícelo tanto como él ha sembrado!"
Recibiendo bendiciones en casa y en el trabajo en la medida que seguía los caminos de Dios.
Las bendiciones llegaron inmediatamente. Un día, el gerente de una gran venta de descuento al por menor, el cual era conocido por la dificultad que los propietarios de pequeños negocios enfrentaban al abrir sus propias tiendas, me contacto para preguntarme si yo quería abrir mi tienda allí. Resultó que él había escuchado las noticias sobre mi tienda y me preguntó. De esta manera, Dios me guió a reunirme con gerentes o incluso con los principales de otros negocios y abrió el camino para que yo supliera productos a muchos lugares a la vez. El también me bendijo de una manera que los clientes me pagaban en efectivo, no en crédito, de manera que yo pudiera ser de fortaleza para la iglesia y el ministerio del Pastor General a través de las "Ofrendas para Misiones" y ocuparme de aquellos en problemas financieros. Mis diezmos empezaron a acrecentarse de la misma manera. Cuando los diezmos alcanzaban aproximadamente los $5,000 al mes, yo había sido capaz de pagar la mayoría de la deuda. La mayor bendición, sin embargo, era como el gozo y el agradecimiento habían llenado mi hogar y mis negocios así como mi alma había prosperado. Yo le doy todas las gracias y gloria a Dios y también quisiera expresar mi sincero agradecimiento al Pastor General Rev. Dr. Jaerock Lee por su sincera oración.
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