La felicidad ha llenado mi corazón desde que experimenté el poder y el amor de Dios
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Marcha 11, 2012 |
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Diaconisa Myungsoon Kim (61 años. Iglesia Manmin de Chuncheon)
Diaconisa Myungsoon Kim (derecha) inmersa en el amor de Dios y olvidando su edad.
Recientemente mi vida se ha llenado de felicidad por causa del amor y gracia de Dios que me ha sido otorgada. De hecho, recibí el don de hablar en lenguas cuando estaba en el 8vo grado. Me gradué de una escuela misionera, pero no asistí a la iglesia por mucho tiempo.
Las cosas que me dieron fe verdadera fueron las cintas de audio con los sermones del Dr. Jaerock Lee, así como sus libros y el noticiero 'Noticias Manmin'. Mi cuñada que vive en Seúl, la Diaconisa Haeja Park, me los daba en ocasiones. Cierto día tuve también la oportunidad de encontrarme con el Pastor Dongheon Kim, de la Iglesia Manmin de Chuncheon, en un taller de reparación de automóviles. Después de hablar con él, llegué a comprender el amor de Dios y del Señor con mayor profundidad.
Asemejarse al Señor es el propósito de la vida cristiana
En el 2010, mientras escuchaba los sermones en la Iglesia Manmin de Chuncheon, llegué a conocer lo que es importante en la vida cristiana. Esto es, asemejarse al Señor.
Pensé que jamás había causado dificultades a los demás y que siempre buscaba la bondad al servir a otros. Pensaba también que no tenía relación alguna con el pecado. No obstante, mientras escuchaba los sermones llegué a descubrir las diferentes formas de corazón falso, tales como la arrogancia, la egolatría y los sentimientos adversos en mí. Me arrepentí de corazón...
Mientras tanto, sentí el cálido amor de Dios. En abril de 2011 no logré usar mi mano izquierda en un período de tres semanas por causa del fuerte dolor. Tenía que usar mi mano izquierda ya que administro un salón de belleza, y porque soy zurda. Pero no podía... ni siquiera podía cocinar, así que mi esposo me ayudaba.
En el momento propicio tuve la oportunidad de ver al Dr. Jaerock Lee con los miembros de nuestra iglesia. Así que recibí su oración. Al siguiente día puse un trozo crujiente de arroz cocido en la boca. Un olor semejante al de menta me hacía cosquillas en la nariz.
Entonces pensé: "¿De dónde viene ese olor?" En ese mismo instante, dos grandes rayos de luz descendieron sobre mi muñeca izquierda. Al mismo tiempo observé algo semejante a un velo de niebla debajo de mi brazo izquierdo. Se veía muy misterioso y sorprendente. Luego llegué a usar libremente mi brazo izquierdo con el que antes no había logrado hacer nada.
Desde entonces, mi vida ha estado cada vez más llena de la gracia de Dios. En junio desapareció un callo en mi segundo dedo. En julio me llené del amor de Dios al ver las luces boreales que capté con mi teléfono celular durante la Conferencia para Liderazgo. En agosto pude presenciar enjambres de libélulas descendiendo desde los cielos, que se posaron sobre los miembros de Manmin y sobre mí. Fue una vivencia muy milagrosa y de tremendo gozo.
El abundante fruto de la evangelización
Empecé a testificar acerca de las obras poderosas que había experimentado, las cuales me llevaron a la evangelización de más de diez personas. Ellas dijeron con felicidad que habían sentido que todos los miembros de la iglesia eran como los miembros de sus propias familias.
De manera particular, la Hna. Soyoung Bae leyó el libro testimonial del Dr. Lee titulado GOZANDO DE LA VIDA FRENTE A LA MUERTE, y recibió mucha gracia. Luego ella recibió la oración del Pastor Dongheon Kim con el pañuelo sobre el cual había orado el Dr. Lee (Hechos 19:11-12). Ella sintió calor en su vientre y de pronto se desvanecieron las secuelas de las que había sufrido tras una cirugía de extracción de un bulto en sus ovarios, y poco tiempo después fue sanada de enteritis.
Al finalizar el año anterior me hice acreedora al Premio a la Excelencia como Líder de Grupo. Este año se me designó como líder de Sub distrito. Sobre todas las cosas, me estoy esforzando por asemejarme al Señor y tener una mejor morada en los Cielos, arrebatándola con fuerza, como está escrito en Mateo 11:12. El gozo y la gratitud llenan mi corazón. Ruego que yo pueda difundir el amor del Dios, a quien he conocido, a más personas cada vez.
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