“Gracias Señor por sanar a un cuerpo enfermo y un corazón dolido”
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Junio 09, 2013 |
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Deaconisa Amaraa Tserendorj (Iglesia Manmin de Mongolia)
Desde que tenía cinco años de edad viví con mi padrastro. Él siempre estaba a favor de otro hermano sobre mí, y todo el tiempo se emborrachaba. Abusaba en gran manera de mi madre y actuaba con violencia. Me crié en este tipo de trasfondo familiar, por lo que no aprendí cómo dar amor o recibir amor de las demás personas. Yo no quería mostrar mi debilidad a las demás personas y mis sentimientos fueron constantemente heridos. Con el tiempo me volví agresiva ya que no tenía nadie en quien confiar. En el año 1992, fui a la iglesia para tener paz en mi mente. Sin embargo, mi corazón fue lastimado por los miembros de la iglesia debido a que no conocía la verdad en ese momento, y terminé distanciándome del Señor. Mientras tanto, los síntomas de infección del riñón y cistitis, que tenía desde que era una jovencita, se volvieron más severos. Se me hacía muy difícil poder orinar; cuando lo hacía salía con sangre. Adicionalmente, tenía un dolor de espalda muy fuerte por lo que no podía caminar bien y pasaba la mayoría del tiempo recostada. En 1996 incluso tuve hepatitis B. Luego me casé, tuve hijos y llevé una vida diligente aunque sufría de discordias con mi marido. Estudié inglés en la Universidad Nacional de Mongolia y luego me convertí en profesora de inglés en 1998. En el año 2011, regresé a los brazos del Señor por la ayuda de otras personas. Luego asistí a los servicios dominicales con misioneros extranjeros en la yurta (tienda tradicional mongol), y luego dirigí una academia de inglés para enseñarles a los pobres. En junio del 2012, fui invitada a una iglesia para enseñarles el idioma inglés a los miembros. El pastor Arionchak me entregó una edición en mongol de Noticias Manmin. Al leerla visité la Iglesia Manmin de Mongolia ministrada por el Misionero Botzorig Purub. Justo en ese momento, los miembros de la iglesia estaban ofreciendo el Servicio Dominical Matutino con la Iglesia Central Manmin en vivo y en directo vía Internet. El Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee explicó acerca de los pecados que debemos desechar para pararnos en la roca de la fe. Era muy comprensible y enseñó las verdades con instancias sencillas. Fui grandemente tocada por este mensaje. Al llegar al conocimiento de la voluntad de Dios, mi espíritu fue renovado con gozo y la llenura del Espíritu. Poco tiempo después, la Iglesia Manmin de Mongolia realizó el Retiro de Verano. El Misionero Botzorig Purub predicó el Mensaje de la Cruz. Al escuchar este mensaje, pude aprender la razón por la cual Jesús vino a la Tierra como el Salvador y fue crucificado, y comprendí el significado de esto. Este fue un buen momento para establecer un nuevo fundamento de mi fe. Incluso pude experimentar señales de Dios realizadas en el Campamento de Fuego de Alabanza y Adoración. Por la noche el cielo permaneció cubierto de nubes. Pero cuando las personas que participaron gritaron con fe: “¡Dios, muéstranos las estrellas!”, las nubes desaparecieron e innumerables estrellas salieron en el cielo. Además pude ver estrellas en movimiento, lo que me hizo sentir de manera más real sobre el incidente en el que tres Reyes Magos del Oriente siguieron las estrellas que los llevaron al lugar del nacimiento de Jesús. Luego de tener esta experiencia, llegué a creer que podía ser sanada de todas mis enfermedades. Oré al Dios Todopoderoso, adoré en espíritu y en verdad y con fe recibí la oración del Pastor Principal, Dr. Jaerock Lee, por los enfermos luego de su predicación. Como resultado de esto, fui sanada de hepatitis B que me había causado problemas durante 17 años y de infección crónica de los riñones y cistitis. ¡Aleluya! Mi hermano que es médico, junto a mis familiares, llegaron a reconocer a Dios al verme sanada y asistieron a la iglesia. Además, a partir de diciembre de 2012, tuve la bendición de traducir Noticias Manmin al mongol y realizar el trabajo de edición de la traducción al mongol del libro del Dr. Lee La Medida de Fe. Me he sentido muy contenta de conocer la voluntad de Dios mientras trabajo en las traducciones. Le doy todas las gracias y gloria a Dios quien me ha dado verdadera felicidad.
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