Apocalipsis 22:13 dice: “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último”. Originalmente no existía ni un ‘principio’, ni un ‘fin’ para Dios. Dios existe antes y después de la eternidad, Él mismo es el espacio ilimitado. Para Él no existe ni el límite de tiempo ni de espacio. Entonces, ¿cuál es la razón por la que dice esto? Al entender el significado espiritual de este verso, podremos sentir el amor sin límites y sin fin de Dios la Trinidad y convertirnos en Sus verdaderos hijos rápidamente.
Dios el Padre quien es el Alfa y la Omega de la civilización humana
Alfa y Omega son la primera y la última letras del alfabeto griego. En el tiempo en el cual el Apóstol Juan escribió el libro de Apocalipsis, la civilización helénica estaba en pleno florecimiento. Por lo tanto, ‘el Alfa y el Omega’, no solo se refería a los idiomas que la humanidad utiliza para expresar su conocimiento, sino que se refería al principio y al fin del conocimiento. Existe una estrecha relación entre la civilización y el lenguaje humano. Con el fin de desarrollar y transmitir a la civilización, tenía que haber una forma literaria de la lengua. A pesar de que una generación tenga conocimientos y habilidades excepcionales, si no hay un lenguaje literario para registrarlo, es difícil transmitirlo a sus futuras generaciones. Cuando Dios creó al hombre, le dio la posibilidad de almacenar el conocimiento. Desde los tiempos de Adán, la gente ha acumulado conocimientos y ha desarrollado civilizaciones. Sin embargo, el conocimiento y las civilizaciones de la humanidad no se desarrollan sin límite. Así como el comienzo de la civilización ya estuvo establecido en el plan de Dios, que creó a Adán, su fin sin duda también fue establecido. El curso de la historia humana en realidad comenzó y terminará bajo la soberanía de Dios. Entonces, ¿por qué Dios el Creador dio conocimiento a las personas y les permitió desarrollar civilizaciones? Solo cuando hubo un lenguaje literario la Palabra de Dios pudo ser registrada y pasar correctamente a las generaciones siguientes. Además, solo cuando hay desarrollo de la civilización puede este evangelio ser predicado a todos los rincones del mundo. Cuando Dios dijo: “Yo soy el Alfa y la Omega”, se refería específicamente a los atributos de Dios el Padre. Es para expresar a Dios el Padre que permitió todo el conocimiento y la civilización de la humanidad desde el principio hasta el final.
Dios el Hijo quien es el primero y el último de la civilización humana
Luego, ‘el primero y el último’, se refiere al Hijo Santo de Dios, Jesucristo. Se relaciona con la providencia de la salvación de la cruz, que es el secreto oculto desde antes de los siglos. El Señor es el primero y el último en el ministerio de la salvación de los seres humanos, que eran pecadores, y los lleva a la vida eterna. En este caso, ‘el primero’, significa en las Escrituras que el Señor se convirtió en el primer fruto de la resurrección luego de la crucifixión al vencer sobre la muerte, resucitar y abrir el camino de la salvación de la humanidad. Esto se explica bien en 1 Corintios 15:20. Después de que el primer hombre, Adán, desobedeció la Palabra de Dios y cometió pecado, la humanidad fue destinada a ir por el camino de la muerte. No obstante, después de que Jesús tomó todos los sufrimientos y fuera crucificado y luego resucitara, cualquiera que cree en Él puede alcanzar la salvación. Jesucristo fue el primer fruto de la resurrección y Él ha dado innumerables frutos (Colosenses 1:6). Por cierto, cuando nace un fruta por primera vez, esta contiene una semilla de vida. Aquellos de ustedes que han escuchado el evangelio de la santidad y han recibido vida, son los frutos hermosos del Señor. Luego se convierten en la semilla de la vida que están ‘plantados en la tierra’, y producen muchos frutos más. Esto demuestra el hecho de que, puesto que el Señor resucitó a la vida, innumerables almas pueden recibir la salvación en el Señor y unirse a la resurrección. Entonces, ¿qué significa el decir que Jesucristo es ‘el último’? Esto significa que la providencia de la redención humana llega a su fin cuando el Señor venga en el aire (1 Tesalonicenses 4:16-17). Así es como la Biblia describe al Señor como ‘el último’, que pondrá fin a la providencia de la redención por la Segunda Venida de Jesucristo. Así como un agricultor cosecha todos los cultivos y más tarde hace el espigueo, la salvación del ‘espigueo’ se llevará a cabo durante los siete años de la Gran Tribulación cuando finalice la providencia de la salvación humana.
Dios el Espíritu Santo quien es el primero y el último de la civilización humana
La razón por la que Dios creó a la humanidad y gobierna la historia de los seres humanos es para juntar a las almas que son los ‘buenos granos’. Los granos buenos son los verdaderos hijos de Dios, que se asemejan al buen y santo Dios. Es para ganar hijos verdaderos que aman a Dios. Así, el principio y el final se refiere al principio y al final del cultivo de la humanidad y explica a Dios el Espíritu Santo en Dios la Trinidad. Originalmente, el corazón del primer hombre, Adán estaba limpio y sin pecado ni maldad. No obstante, después de la transgresión de Adán, los hombres se convirtieron en siervos obedientes al pecado y en siervos del diablo enemigo y Satanás. Para llegar a ser los verdaderos hijos que Dios quiere, deben desechar los atributos carnales y la naturaleza pecaminosa, y recuperar el corazón limpio original. Dios le dará el Consolador, el Espíritu Santo, como un don para cualquier persona que acepta a Jesucristo, se da cuenta de sus pecados y se arrepiente completamente de ello. Así Él les ayudará a obtener el derecho, la autoridad y las bendiciones de convertirse en hijos de Dios. A menos que recibamos la ayuda del Espíritu, no podemos orar en el poder del Espíritu, darnos cuenta de la Palabra de Dios y recibir fuerza para actuar por la Palabra de Dios escrita en la Biblia. Solo cuando recibimos el Espíritu Santo al creer en Jesucristo podemos llegar a ser verdaderos hijos de Dios mediante el cultivo de la humanidad. Cuando obedecemos a la Palabra de Dios mediante la ayuda del Espíritu, vendrán sobre nosotros la vida y la paz, y fluirá el gozo y la gracia. Sin embargo, cuando desobedecemos al Espíritu Santo, sentiremos en nuestro corazón lamento y angustia. Incluso entonces, el Espíritu ora a favor de los creyentes y les ayuda a recibir la gracia y la fortaleza (Romanos 8:26). El Espíritu Santo obró con Dios cuando Dios creó al hombre y comenzó el cultivo de la humanidad e hizo muchas cosas, incluso en la época del Antiguo Testamento. Desde la resurrección y la ascensión del Señor, Él ha obrado fervientemente. Él ayuda a la gente a circuncidar su corazón, a cultivarlos, a alcanza la santificación y a convertirse en hijos verdaderos. Sin embargo, la obra del Consolador del Espíritu Santo no va a continuar para siempre. Debemos saber que se detendrá cuando el Señor venga en el aire. Al darse cuenta de esto, los creyentes deben esforzarse para adornarse a sí mismos como las novias del Señor.
|