En Génesis 1 se describe la creación de Dios de los Cielos y la Tierra. Génesis 1:3-4 dice: “Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas”.
¿Qué tipo de luz era la luz que se describe en este verso? Ya que no había sol aún en ese momento, no debió ser la luz del sol. Entonces, ¿qué era esa luz? ¿Y por qué Dios dijo primero: “Sea la luz”?
La luz creada en el primer día de la creación es ‘la luz original de la creación’.
Como podemos leer en Juan 1:1, que dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”, Dios existía en la forma de la Palabra y la Luz (1 Juan 1:5). El Dios que era Luz que contenía el sonido es Dios el Origen. La luz y el sonido que tiene el poder y la autoridad de Dios son respectivamente la ‘Luz Original’ y la ‘Voz Original’.
Dios el Origen planificó el cultivo de la humanidad y comenzó a existir en la forma de Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Entonces Dios dividió el espacio original donde existía en la luz y la voz en un reino espiritual y un reino carnal.
Dios la Trinidad creó la Tierra en el reino carnal y comenzó la creación cuando llegó el momento. En el primer día, dijo: “Sea la luz”. Luego, la luz original rodeó un cierto lugar material al que la Tierra pertenecía. En este caso ‘un cierto lugar material’, se refiere a la Tierra, el sistema solar y la galaxia mientras se llevó a cabo los seis días de la Creación.
La obra principal de la luz original que rodeaba un determinado espacio natural fue ‘la creación’, y por lo tanto también se le llama ‘la luz original de la creación’. Al comienzo de la creación, Él rodeó la Tierra con la luz original de la creación y rugió la voz original de la creación cada día, y creó todas las cosas en el universo, una por una.
Por cierto, ¿por qué Dios rodeó el espacio natural con la luz original de la creación en el primer día de la Creación?
En primer lugar, fue para manifestar las obras de la creación en el fluir del tiempo espiritual, cubriendo el espacio natural con el espacio espiritual.
El mundo natural marchó en el fluir del tiempo natural desde el primer día de la creación. El concepto de 24 horas en el día en la actualidad, comenzó en ese momento. Para manifestar las obras de la creación en un espacio natural, Dios hizo que la luz original rodeara el espacio natural para que pudiera ser cubierto con el espacio espiritual. El fluir del tiempo espiritual es mucho más rápido que el fluir del tiempo natural. Las obras que podrían haber tomado decenas o cientos de años, en un sentido de tiempo natural, se pueden acabar justo en un día en el espacio espiritual.
Además de ello, algo puede ser creado de la nada en la luz original de la creación. En un espacio que es cubierto con la luz original, la ley espiritual es la que gobierna o manda. Todo lo que Dios abriga en Su corazón se hará. Algo se puede crear de la nada, y una cierta sustancia puede transformarse en algo sólido, líquido o gaseoso. Cuando este espacio natural está rodeado por la luz original, y cubierto con el espacio espiritual, las cosas deben hacerse de acuerdo a la ley espiritual.
Tomemos por ejemplo un tumor canceroso que al instante desaparece después de la oración. O, si el apéndice de una persona se revienta y se convierte en peritonitis, pero el dolor desaparece y la persona se siente normal después de recibir la oración. De acuerdo a la ley natural, el cáncer puede ser removido por medio de una operación. Sin embargo, cuando un hombre que es aprobado por Dios con Su poder ora de acuerdo a la justicia, Dios cubre al hombre con el espacio espiritual. Lo mismo se aplica a todas las obras de sanidad. Los huesos rotos se vuelven a unir, los nervios muertos reviven, los tejidos orgánicos que se han degenerado se vuelven a regenerar, y la lista continúa. En cada caso, la luz original rodea dicha parte, y se forma un espacio espiritual, y en el interior del espacio, la obra de recreación se lleva a cabo.
El segundo punto, cuando Dios rodeó el espacio natural con la luz original, el orden y los principios fueron establecidos en el espacio natural.
Por ejemplo: una regla se estableció como la que ‘la Tierra rotará una vez al día, y girará alrededor del Sol una vez al año’. No solo los planetas del sistema solar, sino también las innumerables estrellas se mueven en una determinada órbita a su propio ritmo adecuado. A pesar de que hay un sinnúmero de estrellas en el cielo, no operan de manera desordenada y azarosa. Todas y cada una operan de acuerdo a su propio orden y principios. El agua se congela a 0° C, fluye como líquido por encima de 0° C y hierve y se convierte en vapor a 100° C. El orden de las estaciones es: primavera, verano, otoño e invierno.
Todos estos principios que son necesarios en el espacio natural se establecieron en el primer día. De esta manera, Dios estableció el orden y los principios de las criaturas que Él crearía pronto en la luz original de la creación en el primer día (Job 38:5).
En tercer lugar, Su poder y Su naturaleza divina se pusieron en todas las criaturas.
El poder de Dios puede resucitar a los muertos y hacer que la vida crezca bien. Cuando usted siembra una semilla en la tierra, esta brota y crece. De acuerdo con la ley de la naturaleza, para que una semilla brote, se necesita tierra adecuada, agua y la luz solar. Dado que el poder de Dios y Su naturaleza divina está en el suelo, el agua, la luz del sol, y todas las criaturas, una forma de vida puede brotar.
La luz original de la creación que rodea el espacio natural se fue haciendo cada vez más oscura a medida que este mundo era manchado por el pecado. Finalmente se levantó en el momento del diluvio de Noé. Sin embargo, la luz que se puso en todas las criaturas todavía permanece, y obra como energía fundamental que sostiene y sustenta todas las cosas vivas.
|