La manera en la que ampliamente usamos nuestro corazón o cuánto nos basamos en nuestras capacidades potenciales al hacer nuestro trabajo puede determinar el resultado final. Las personas que poseen una mejor calidad del corazón, pueden hacer lo que se les ha encomendado, y aún más.
La calidad del corazón se divide principalmente en cuatro categorías. Al examinarlo, vamos a ver nuestra propia calidad del corazón y tratar de alcanzar un corazón más grande y más amplio, que se ocupa de muchas partes en el reino de Dios. De acuerdo al tipo de corazón que alcancemos, nuestras vidas y cómo somos usados por Dios, será algo diferente.
1. Lejos de hacer lo que deben, algunas personas utilizan sus responsabilidades como una ocasión para actuar mal
Por ejemplo: cuando una madre le dice a su hijo que limpie su habitación, se queja preguntándole por qué ella no le dice a su hermano menor que lo haga, o golpea a su hermano menor hasta que este llora en vez de limpiar su habitación. ¿Cómo se sentirán sus padres? Tales personas no tienen sentido de responsabilidad como hermanos mayores. Le dan otros problemas y causan cargas a los demás porque son tercos en sus propios pensamientos y criterios. Tal vez sería mejor para este tipo de persona que no se les asigne ninguna responsabilidad.
Este tipo de personas se quejan o rezongan, diciendo: “¿Por qué debería hacer este trabajo?” Aunque sea su deber y servicio para el reino de Dios. Son una fuente de molestias para los demás y quebrantan la paz entre muchas personas. Lo que es peor, estas personas pueden perder las almas que Dios les ha confiado a ellos o hacer que tropiecen porque no cuidan de ellos con amor. No se arrepienten de sus deficiencias o tratan de llevar a cabo sus responsabilidades de nuevo. En su lugar, se quejan y pasan sus responsabilidades a los demás, diciendo: “Mi situación laboral es mala, así que no es fácil para mí ser responsable con mi labor. Yo no puedo realizar mi trabajo porque esa persona me irrita”. Mientras tanto se dan por vencidos de su deber y dan marcha atrás a su servicio.
2. Algunos llevan a cabo su deber, pero hacen solo lo que es necesario y solo cuando deben hacerlo
Estas personas suelen estar llenas de quejas o murmuraciones sin hacer nada con alegría y agradecimiento. Con frecuencia molestan o causan incomodidad a los demás que llevan a cabo sus responsabilidades. Son negativos en todas las cosas y no se sacrifican a sí mismos ni tampoco sirven a los demás. Cuando las personas poseen un corazón grande y amplio, no se sienten forzadas a orar porque es su deber, sino que oran fervientemente debido a su amor por Dios.
Consideran el avivamiento grupal. Algunos líderes visitan a los miembros del grupo y evangelizan a los no creyentes por un sentido de deber o con un sentido de tener que responsabilizarse del avivamiento. Sin embargo, los que tienen un corazón amplio por sus miembros del grupo y se preocupan como si fuera su propio cuerpo, con amor por ellos, predican fervientemente el evangelio con el deseo de llevar a una persona más al camino de la salvación. Solo la alabanza gloriosa sale de la boca de ellos todo el tiempo, y la confesión de agradecimiento por la gracia y el amor de Dios Padre, abunda en ellos.
Por lo tanto, ustedes no deben ser reacios o escatimar en el desempeño de sus responsabilidades, sino ser fieles a su deber generosa y voluntariamente con el amor a Dios. Entonces, podrá poseer una mejor calidad del corazón.
3. Algunas personas parecen apenas lograr cumplir con su deber
Este tipo de persona es fiel a sus propios deberes, pero no se preocupa por los pobres o ayuda a otras personas. Por ejemplo: cuando se le pide a un niño que levante toda la basura, él simplemente levanta un poco. Puede ser elogiado por su obediencia, pero no podrá complacer a sus padres por nada más que eso.
Espiritualmente, algunas personas no hacen nada más que ser fieles a sus responsabilidades. Ellos no están preocupados por otra cosa sino por el deber que se les da. Cuando usted es fiel a sus responsabilidades, pero no se da cuenta de las demás cosas, no podrá darle a Dios gran gozo.
Si posee una buena calidad del corazón y está tomando la responsabilidad que requiere una fortaleza especial, como lo es la alabanza y otras interpretaciones de talento, no solo se está preocupando por su responsabilidad. Usted participa de forma natural en el cuidado de muchos miembros del equipo o ayuda a su célula o al líder de un grupo pequeño a llevar a cabo el ministerio, aunque no está directamente a cargo del cuidado de las almas.
Y en cuanto a las celebraciones especiales de la iglesia, las personas con una gran calidad de corazón no solo cuidan muy bien de sus propias responsabilidades, sino también por el cuidado de todas las cosas alrededor de la iglesia con el corazón de Dios y el pastor. Además, no solo oran por sus responsabilidades y deseos, sino que también oran fervientemente por otros obreros de la iglesia como si otras responsabilidades fueran las suyas. Solo de esta manera, serán de gran gozo para Dios y recibirán grandes recompensas en el Cielo.
4. Algunos hacen más que sus propias responsabilidades
Algunos niños no solo recogen la basura en sus habitaciones, sino que también vacían los tarros de basura cuando se les dice que recojan la basura de sus habitaciones. Este tipo de niños también sacan el polvo y mantienen su habitación bien ordenada. Le dan satisfacción y complacen a sus padres ya que hacen más de lo que sus padres esperan.
Por una parte, hay diferentes tipos de personas que limpian sus hogares. Algunos no hacen nada más que limpiar su propio patio y barrer solo sus áreas. Hay otros que limpian el área de la puerta de la casa al lado o también cuidan la calle en la que está su casa. Aquellos que poseen una mente amplia en todas las cosas obtienen el respeto y elogio de las demás personas a su alrededor. También pueden realizar una gran obra ante los ojos de Dios y darle a Él la gloria.
De esta manera, ¿qué debemos hacer para tener la mejor calidad de corazón con el que las personas hacen algo más que su responsabilidad? Deberíamos poseer un vaso adecuado; que se haya santificado primero, alcanzado el corazón de sacrificio y dedicación con fervor en cada asunto.
Los diáconos Esteban y Felipe tuvieron la misma calidad de corazón como la de los apóstoles. Es decir, que lograron atributos de hijos perfectos de Dios al llegar a ser santos y fieles. Debido a que eran una fuente de amor y alegría a Dios, podían manifestar grandes y poderosas obras, señales y prodigios.
¿Qué tipo de calidad del corazón posee usted? Examine para ver cuán grande y amplio es su corazón, despójese de toda forma de maldad rápidamente y de manera sabía haga más de lo que requieren sus responsabilidades.
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