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[Dios es amor] El amor es el cumplimiento de la Ley

Noticias Manmin   No. 166
7202
Junio 08, 2014


Pastor Principal de la Iglesia Central Manmin Dr. Jaerock Lee

Él es un siervo del amor y poder de Dios, quien ha despertado a personas de todas las naciones al difundir la esencia del evangelio, siguiendo los caminos del Señor y manifestando las obras del Espíritu Santo.

La Iglesia Central Manmin abrió sus puertas con solo nueve adultos y cuatro niños en 1982. Mediante las obras del Espíritu Santo, la iglesia ha crecido hasta convertirse en una mega iglesia; con aproximadamente diez mil iglesias filiales y asociadas en todo el mundo. Así como Jesús predicó y confirmó la palabra mediante las señales que siguieron Sus enseñanzas, el Dr. Jaerock Lee confirma que la Biblia es la verdad al manifestar el poder de Dios.

Ha dirigido muchas cruzadas internacionales, en Uganda, Japón, Pakistán, Kenia, Filipinas, Honduras, India, Rusia, Alemania, Perú, República Democrática del Congo, los EE.UU. y Estonia desde el año 2000, y mostró obras poderosas explosivas. Entre estas cruzadas, la cruzada de Uganda fue reportada por CNN.

También predicó en Jerusalén en la Cruzada Unida Israel 2009. Él proclamó que Jesús es el Mesías y la cruzada fue transmitida en vivo en aproximadamente 220 países. Él está dedicado a la Palabra y a la oración para cumplir la providencia de Dios, que quiere que todos los pueblos de todas las naciones sean salvos en el tiempo final, proclamar el Evangelio a los confines de la tierra y alcanzar la misión del ministerio a Corea del Norte. www.drlee.or.kr


“El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:10).


La Ley escrita en la Biblia fue otorgada con el amor de Dios que quiere darnos felicidad. En la medida en que guardemos la Ley, seremos más propensos a ser hijos de la Luz, de la justicia y de la bondad. Es decir, que nos podemos asemejar a Dios Quien es amor.

¿Qué deberíamos hacer en detalle para seguir a Jesús, quien cumplió la Ley con amor y experimentó profundamente el perfecto amor de Dios?


1. Debemos entender la relación entre el amor de Dios y Su justicia

Solo cuando nos damos cuenta del inmenso amor de Dios podemos ser abrazados con la profundidad de ese amor. Además de ello, debemos comprender la justicia de Dios al igual que Su amor, ya que Él gobierna los Cielos y la Tierra y todas las cosas que hay en ellos con Su justicia.

Solo por el entendimiento de la relación entre el amor y la justicia podemos aplicar la ley de la justicia de una manera correcta y alcanzar el amor que trasciende la justicia. Por este entendimiento, debemos tener el conocimiento de la Ley de Dios.

La Ley en la Biblia incluye los Diez Mandamientos que Dios entregó a Moisés y muchos mandamientos más como ‘qué debemos hacer, qué no debemos hacer, qué debemos guardar y aquello de lo que debemos despojarnos’. La Ley abarca todos estos mandamientos como ‘amarse unos a otros, ‘dar gracias’, ‘orar’, ‘guardar el día de reposo’, ‘despojarnos del pecado’ y ‘no odiar’.

Entonces, ¿por qué los hijos de Dios deben guardar la Ley? Esto se debe a que es la ley espiritual la que se construyó sobre la base de la justicia. Dios está vivo, es por ello que permite que uno coseche de acuerdo a lo que ha sembrado y le devuelve en la medida que esa persona ha actuado. Esto es justicia. En base a esta justicia como estándar, Dios gobierna todas las cosas con amor.

En otras palabras, si alguien peca no tendrá otra alternativa más que recibir el castigo y alcanzar a la muerte. No obstante, si esta persona se arrepiente, podrá ser perdonada. Además, si alguien obedece la Palabra de Dios y vive con bondad, recibirá respuestas y bendiciones y disfrutarán de la gloria eterna en el Cielo.


2. La prueba de amor a Dios es guardar Sus mandamientos

En 1 Juan 5:3 leemos: “Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. Esto hace énfasis en que los hijos de Dios deben guardar Sus mandamientos.

Entonces, ¿por qué guardar los mandamientos de Dios es la prueba de nuestro amor por Él? Supongamos que los padres enseñan constantemente a sus hijos a que se laven las manos y los pies luego de jugar afuera; que no crucen la calle cuando la luz roja está encendida y que no vayan a lugares peligrosos. No quiere decir que desean restringirlos y hacerles pasar un mal momento. Es su amor y consideración para que su hijo pueda vivir de forma más segura, en paz, libre de los peligros de las enfermedades o accidentes.

Si los hijos reconocen el corazón de sus padres, es posible que obedezcan a pesar de que sus enseñanzas parezcan ser gravosas. Además de esto, los hijos que quieren agradar a sus padres, siempre guardan sus palabras y las ponen en práctica. Aquellos que obedezcan con amor por sus padres no caerán en caminos de maldad y serán más prósperos que las demás personas.

Esta es la misma razón por la que Dios, el origen del amor, nos ha dado los mandamientos. Podemos guardarlos fácilmente cuando nosotros, quienes fuimos creados a Su imagen, nos damos cuenta de que Él nos da los mandamientos para que podamos recibir las bendiciones que surgen de la obediencia y también ser capaces de vivir en paz y felicidad.


3. Las respuestas y bendiciones al guardar los mandamientos

Desde la transgresión del primer hombre, Adán, el diablo enemigo y Satanás siempre ha merodeado alrededor como un león rugiente, buscando a quién devorar. Ellos tientan a la gente a las corrupciones de los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (1 Juan 2:16).

Si alguien no quiere obedecer la Palabra de Dios y comete pecados por ir tras los deseos del mundo, entonces vendrá sobre sus vidas el sufrimiento, y la muerte que espera por ellos (Romanos 6:21). No obstante, ¿qué les espera a aquellos que guardan los mandamientos de Dios?

En 1 Juan 3:21-22 leemos: “Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios; y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él”. Según lo hablado, esas personas pueden recibir bendiciones y respuestas a lo que piden.

El Dios de amor quiere dar bendiciones a Sus hijos, pero Él solo obra de acuerdo a la justicia. De esta manera, Él no tiene otra opción más que entregarlos a Satanás si viven fuera de Su Palabra. Entonces, las dificultades y aflicciones les siguen y se encuentran con enfermedades o accidentes.

Practicar la Palabra de Dios es como tener una lámpara en total oscuridad. Con una lámpara no debemos preocuparnos de caernos. Por ello, cuando Dios, Quien es luz, está con nosotros, podemos ser protegidos de todas las cosas y disfrutar de la autoridad y vida eterna como hijos de Dios.


4. La Ley es el manual del amor que nos presenta el camino de mayor bendición

Dios nos dio la Ley porque Él nos ama. Por lo tanto, cuando obedecemos Su palabra ¡cuán contento se sentirá Dios al protegernos con Sus ojos ardientes y darnos respuestas a cualquier cosa que pidamos!

Los hijos de Dios también disfrutan de grandes bendiciones para poder alcanzar un corazón limpio y bueno, y finalmente logran tener el corazón de Dios al poner en práctica Su Palabra.

A medida que las personas logran poseer el corazón de Dios, pueden sentir Su amor de manera más profunda y llegar a ser hijos perfectos, amados por Dios. Solo cuando conocemos el corazón de Dios podemos entender el amor y llegar a ser verdaderos hijos de Dios que pueden amarlo a Él y a las demás personas.

Por consiguiente, la Ley dada por Dios es el manual del amor que presenta la manera más bendecida para todos nosotros que recibimos la cultivación en este mundo. Nos enseña el camino para evitar desastres y recibir la bendición de Dios mientras vivimos en la Tierra, la misma que hoy en día es gobernada por Satanás durante este período de cultivación. Dios nos ha dado los mandamientos, no porque quiere enviar al Infierno a aquellos que no los obedecen, sino para guiar a todas las personas al Cielo mediante la obediencia a la Ley.


5. Jesús perdonó a una mujer adúltera y cumplió la Ley con amor

Jesús cumplió la Ley con el amor de la cruz. Aunque Él mismo guardó todos los mandamientos, no condenó a las demás personas que no lo hicieron, ni tampoco les dijo: “Tú has quebrantado la Ley, por lo tanto debes morir”.

Él solo enseñó la verdad día y noche, para que aunque sea un alma más pudiera alcanzar el arrepentimiento y la salvación. Él trabajó incesantemente para liberar a las personas que se hallaban atadas a las enfermedades y debilidades, y para sanar a los endemoniados.

El incidente que claramente muestra el amor de Jesús, ocurrió cuando una mujer fue encontrada en el mismo acto de adulterio y llevada ante Él (Juan 8).

Cierto día, los escribas y los fariseos trajeron a una mujer que había sido encontrada en adulterio y le dijeron a Jesús: “Y en la ley nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?” Si Jesús hubiera dicho: “Apedréenla”, entonces el pecado de ella habría sido revelado y condenada a muerte por lapidación.

Sin decir nada, Jesús escribió los pecados de las personas en el suelo. Y luego dijo: “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. Al hacer esto, les enseñó que todos habían pecado por lo que ellos no podían condenarse los unos a los otros. Por lo tanto, los judíos se sintieron avergonzados y abandonaron el lugar uno a uno. Finalmente, se quedaron solos Jesús y la mujer.

Y Él le dijo a ella: “Ni yo te condeno; vete, y no peques más”. ¡Cuán sorprendente es Su amor! ¿Acaso no sabía la mujer que sería apedreada hasta la muerte si ella cometía adulterio? Por supuesto, ella sí lo sabía.

A pesar de que las personas escucharon la Ley, aprendieron la Ley y tenían temor del castigo, cuando fracasaban en vencer sobre los deseos carnales, cometían pecados a espaldas de los demás. En el caso de esta mujer, su pecado había sido revelado y estaba sufriendo dolor y miedo. Entonces, de manera inesperada, Jesús le perdonó de sus pecados. ¡Seguramente derramó muchas lágrimas y la intensidad con que debe haber tomado la decisión de no pecar más seguramente fue determinante! Si ella recordaba el amor de Jesús, no violaría la Ley ni tampoco cometería más pecados. Este es el amor de Jesús que cumplió la Ley con amor.


6. En la medida que nos demos cuenta del amor de la cruz, podremos actuar perfectamente en la Ley siguiendo el ejemplo de Jesús

Todo el cuerpo intachable y sin mancha de Jesús, fue azotado por los pecadores y llevó la corona de espinas. Fue clavado a través de sus pies y manos y derramó toda Su agua y sangre. Al final Él dio Su vida por nosotros. El amor más grande en la historia de la humanidad se manifiesta en la crucifixión de Jesús.

Nosotros hemos recibido un amor asombroso. Es solo cuando nos damos cuenta de este amor que podemos recibir la fortaleza para poner en práctica la Ley de manera perfecta. Si Jesús hubiera juzgado todas las cosas de manera estricta de acuerdo a la Ley y si Él hubiera apartado Su rostro de las personas que pecaron sin cumplir la Ley con amor, ¿quién en este mundo podría ser salvo?

El sentir fundamental de la ley es amar a Dios el Padre y alcanzar Su corazón. No obstante, los maestros de la Ley en el tiempo de Jesús, no estaban interesados en satisfacer sus corazones sino que estaban inclinados a las formalidades externas de la Ley y creyeron que de esta manera la guardaban. Por lo tanto, ellos simplemente juzgaron y condenaron a aquellos que no pudieron vivir como ellos lo hacían. Condenaron a Jesús que enseñó el corazón de Dios Padre el cual figura en la Ley.

Lo que Dios quiere no es que solo guarden la Ley y condenen a los demás sin tener misericordia y amor. Tampoco quiere que Sus hijos amados tengan dificultades para guardar la Ley y que no puedan sentir Su amor.

Ya que los fariseos no tenían amor, no importa qué tan estrictamente acataran la ley como formalidad, nada benefició sus espíritus. Ellos juzgaron y condenaron a los hermanos en la fe con su conocimiento de la Ley, lo cual causó que se distanciaran de Dios. Ellos terminaron convirtiéndose en malhechores que crucificaron al Hijo de Dios.

Por consiguiente, los hijos de Dios deben cultivar sus corazones en lo espiritual desechando los pecados y la maldad, y cambiar sus corazones en puros e inmutables. Solo así pueden amar a Dios con amor espiritual. En la medida que entiendan el amor de la cruz, podrán amar a Dios y a los demás como a sí mismos.

Amados hermanos y hermanas en Cristo: les insto a imitar a Jesús, que cumplió la Ley con amor y ama a Dios con mayor fervor. Ruego en el nombre de nuestro Señor que ustedes puedan guardar todos los mandamientos con el poder del amor y que reciban todas las respuestas y bendiciones de Dios, recordando que es Él quien nos puede dar todas las cosas que nosotros le pedimos, y que den a Dios la gloria.




 

 

 
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