¡Una oración poderosa manifiesta el poder de Dios el Creador y trae bendiciones abundantes!
Todos pueden recibir respuestas y bendiciones por medio de la oración poderosa. Aquí presentamos dos claves importantes para experimentar el poder de la oración.
Parte 1: Debe darse cuenta de lo increíble que es el poder de la oración y ofrezca la oración ferviente que trae las respuestas de Dios.
En el Libro de Ester, los judíos estuvieron en peligro de ser destruidos como resultado de una conspiración. La reina Ester de Persia ayunó durante tres días para salvar a su pueblo judío y fue a ver al rey con una resolución diciendo: «Si perezco, que perezca».
Incluso una reina no debía presentarse ante el rey a menos que fuera convocada por él. Si ella se presentaba sin haber sido invitada, podía ser condenada a muerte. Sin embargo, Ester creyó en Dios quien podía tocar el corazón del rey y ofreció oración con amor por su pueblo. Su fe y amor fueron suficientes para tocar el corazón de Dios.
Como resultado, los judíos milagrosamente escaparon de la destrucción. Como podemos ver en su caso, el tipo de oración que Dios acepta posee gran poder para cambiar la historia de la humanidad y salvar o destruir una nación.
Así como Elías oró cuando hizo que descendiera fuego del cielo, debe orar con un corazón sincero y fe firme en Dios para lograr el reino de Dios.
Si usted ora pero duda, desobedece, quebranta la paz, juzga y condena, su oración no puede ser ofrecida como un aroma fragante delante de Dios. Además debe orar con fe firme, no ser de doble ánimo ni ser arrastrado o echado. Solo así podrá recibir las respuestas (Santiago 1:6-8). Es porque la oración eficaz del justo puede mucho. Un hombre que posee fe espiritual, quien puede realizar sacrificios sin buscar su propio beneficio puede alcanzar mucho más (Santiago 5:16).
Moisés confió en Dios y vio todo mediante la fe en todo tipo de situación. Él fue el más humilde entre los hombres sobre la faz de la Tierra, y amaba a los israelitas hasta el punto de poner su vida en riesgo para ellos. Dios conocía su fe y su amor, por ello le dio el poder y las respuestas a sus oraciones.
Por consiguiente, para recibir la respuesta a su oración, no se debe orar sin sentido o sin rumbo en el aire. Debe ofrecer una oración de fortaleza. Esta oración ferviente que hace descender el poder de Dios puede llevar a la victoria en la guerra espiritual como está escrito: «El Señor es mi Estandarte».
Parte 2: Solo cuando escucha la voz del Espíritu Santo y recibe Su guía por medio de la oración, puede alcanzar la voluntad de Dios de manera rápida y completa.
El rey David consultaba todo con Dios en cada asunto. Esto indica que él creía en Dios completamente y confiaba en Él. En primer lugar oraba cuando algo sucedía e intentaba conocer cuál era la voluntad de Dios sin importar cuán insignificante parecía. Incluso fue obediente a Su voluntad cuando esto podría causarle dificultades. Él no utilizó ningún método humano para llegar a ser rey; simplemente creía que todo iba a estar de acuerdo con la voluntad y la providencia de Dios. De esta manera podía poner todo en las manos de Dios.
En muchos de los casos la voluntad de Dios es diferente a los pensamientos humanos. Cuando el rey David disfrutó de la paz en la nación y se sentía cómodo en el palacio, su anhelo más grande era construir el templo de Dios. Sin embargo, Dios dijo que él había derramado mucha sangre y emprendido grandes batallas, por lo tanto no podía construir una casa a Su nombre, pero sería su hijo quien la construiría (1 Crónicas 22).
El rey David, siguiendo la bondad del hombre, hubiera intentado construir el templo; pero no le hubiera ido bien ni tampoco hubiera sido elogiado por Dios. No obstante, primeramente oró y luego se dio cuenta que no era la voluntad de Dios que él construyera el templo. Al contrario, en vez de construirlo hizo amplias preparaciones para la construcción antes de su muerte. Dios aceptó el corazón de David y lo bendijo grandemente prometiéndole bendiciones eternas (2 Samuel 7).
Incluso en la actualidad, es muy importante escuchar la voz del Espíritu Santo y recibir Su guía por medio de la oración con el fin de lograr completamente la voluntad y la providencia de Dios. Dios no oye el sonido de la oración en sí, sino que busca el corazón de la persona y acepta su corazón.
Por lo tanto, no se debe orar en repeticiones sin sentido, diciendo las mismas cosas todos los días habitualmente, ni debe sentirse coaccionado para orar o elevar una súplica con timidez. Debe orar con amor por Dios y con fervor para extender el reino de Dios. Entonces podrá darse cuenta de la voluntad de Dios y ofrecer una oración aceptable para Él.
Este tipo de oración abre las puertas de los cielos y permite respuestas y bendiciones. Puede incluso mover el trono de Dios. Es tan poderosa que Satanás le tiene miedo. Por medio de este tipo de oración, innumerables obras que los hombres no pueden manifestar pueden suceder. En otras palabras, el poder se encuentra en la oración que mueve el corazón de Dios el Creador.
A pesar de que dos personas pueden orar por la misma cantidad de tiempo, la fragancia de la oración varía de acuerdo a su fe y en la medida en que se han santificado. Además, depende de la frecuencia con la que oran. Cuando usted pide algo difícil y grande, debe orar aún más sino tomará más tiempo en recibir respuesta a su oración.
Si alguien ama a Dios, tiene fe y es conforme al corazón de Dios en todo incluyendo las obras y la fidelidad, pronto su alma prosperará y podrá alcanzar la cantidad de oración que necesita de manera más rápida.
Por consiguiente, ofrezcamos una poderosa oración a Dios todos los días para recibir respuestas rápidamente, y glorifiquemos a Dios con todo lo que hacemos (Salmo 2:8, 91:14-15).
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