Los creyentes deben crecer en la fe, así como un bebé crece para convertirse en un adulto. Deben pasar por los niveles de niños pequeños, niños, jóvenes y finalmente alcanzar la medida de la estatura que corresponde a la plenitud de Cristo (1 Juan 2:12-14; Efesios 4:13). Si usted siente que su crecimiento se ha detenido, debe haber una razón. Examinemos ahora los siguientes tres puntos para el rápido crecimiento con la fortaleza del Espíritu Santo.
PUNTO 1. Restaure su primer amor
Si su crecimiento espiritual parece haberse detenido, necesita comprobar si usted ama al Señor como su primer amor. Apocalipsis 2:3-5 nos dice que recordemos de dónde hemos caído y que nos arrepintamos y hagamos las primeras obras.
Algunos pueden pensar que gastan más del 90 % de sus vidas en la obra de nuestro Señor. Aparentan amar a Dios por encima de todas las cosas. Sin embargo, deben evaluar su primer amor. Cuando se ama al Señor con la plenitud del primer amor, el corazón debe estar lleno de Él al 100 %. Ir a la iglesia es algo que emociona; tratan de congregarse con sus hermanos en Cristo y se sienten muy felices en todo lugar sin importar lo que han hecho gracias al amor del Señor.
Por otro lado, cuando se pierde ese primer amor por el Señor, la mentira entra a la mente. Se sentirá aburrido al escuchar el sermón que solía parecerle tan dulce como la miel. Puede comenzar a aceptar las cosas del mundo y a volverse perezoso respecto a la vida de creyente; usa los estudios o el trabajo como excusa.
Si usted está lleno de la gracia de su primer amor por el Señor podrá hacerlo todo bien en la plenitud del Espíritu Santo. Ofrecer el corazón completamente al Señor significa que lo tiene a Él en el corazón en todo tiempo y en todo lo que hace.
PUNTO 2. Regrese a los fundamentos de la fe
Los fundamentos de la fe son los servicios de adoración y la oración. Sin importar cuánto tiempo ha sido creyente, usted necesita examinar cuánto de la Palabra de Dios ha cultivado en su corazón por medio de la obediencia.
Algunos descuidan los servicios de adoración y oración mientras se dedican a las actividades de la iglesia y el voluntariado.
Sin embargo, solo cuando ofrecemos servicios de adoración adecuados podremos llevar una vida de creyentes adecuada. Si usted adora con cansancio o pensamientos ociosos, no podrá escuchar el mensaje predicado y tampoco podrá tener las fuerzas para cambiar. No obstante, algunos todavía piensan que son fieles a la obra de Dios y no tienen ningún problema. Pero esto causa que fracasen a la hora de guardar los fundamentos.
La obra de Dios puede ser diferente a la voluntad de Dios. Si usted no se llena de cosas espirituales, aunque haga muchas obras para Dios, puede sentirse vacío. Si usted cumple bien su tarea pero no circuncida su corazón, no estará dentro de la voluntad de Dios. Esto puede darle un sentido de satisfacción en la carne por un instante.
Si usted piensa que ha trabajado para Dios con fidelidad, debe examinar si en realidad lo ha hecho según la voluntad de Dios o no.
Además, debe examinarse a sí mismo y a su familia. Cuando usted muestra un buen ejemplo en familia, los demás miembros llevarán una correcta vida cristiana. Debe mantener actitudes consistentes, tanto en la iglesia como en la casa. Cuando los miembros de su familia viven vidas cristianas adecuadas y ofrecen servicios de adoración y oración correctos, usted puede decir que ha puesto una base firme.
PUNTO 3. Recupere la imagen de Dios
El hombre fue creado a imagen de Dios (Génesis 1:26-27). Después de que el primer hombre Adán pecó por medio de su desobediencia, el pecado entró en el mundo. Desde entonces el enemigo Satanás instigó a las personas a aceptar lo material y a disfrutar del mundo. Aunque el pecado es algo inmundo, Satanás hace que la gente sienta placer respecto al pecado y al mundo.
Si logramos entender el corazón y la voluntad de Dios al escuchar el mensaje durante los servicios de adoración, llegaremos a odiar el pecado y desearemos vivir según la Palabra de Dios en Su gracia. Nosotros no oramos porque estamos obligados a ello sino por la plenitud del Espíritu Santo. Solo entonces podemos comprender la maldad en nosotros y recibir la gracia para despojarnos de los pecados. Es así como funciona una vida verdaderamente cristiana. Si usted entiende el verdadero significado de esta vida de creyentes, el Espíritu Santo le dará consuelo y gozo. Entonces podrá llevar una vida cristiana feliz.
Dios desea que Sus hijos amados crezcan en la fe, recuperen la imagen perdida de Dios y alcancen el corazón del Señor. Este es el propósito de la vida de creyente.
Por ende, debemos correr hacia la plenitud de Cristo sin descanso. Debemos tratar de encontrar nuestras deficiencias basándonos en la Palabra de Dios y correr sin descanso hacia la perfección. Entonces, con la ayuda del Espíritu Santo, podremos santificarnos y ser fieles en todos los aspectos, y así entraremos a la Nueva Jerusalén.
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