Si el grano de trigo muere, este produce abundante fruto (Juan 12:24). Examinemos cómo podemos llegar a ser como un grano de trigo que muere y produce abundante fruto.
Su «naturaleza» debe morir
Su «naturaleza», es decir, su «ego», ha sido formado del conocimiento y la cultura que usted ha visto, ha escuchado y ha experimentado de parte de sus padres, profesores, amigos y prójimos, desde el momento de su nacimiento. Sin embargo, la mayoría del conocimiento que forma nuestra «naturaleza-ego» pertenece a la falsedad. Por lo tanto, debe admitir que lo que ha pensado que es correcto puede estar equivocado, y debe cultivar la verdad por medio de la Palabra de Dios en su corazón.
Si encuentra que sus pensamientos y especulaciones van en contra de la verdad, debe admitir que está equivocado y transformarse a sí mismo por la verdad. Al hacer esto, puede hacer morir su «ego» (Romanos 8:13). Recuerde que las mentiras en su corazón no son rechazadas por un arrepentimiento superficial. Usted debe orar fervientemente para recibir la fortaleza para rechazarlos. De esta manera, puede incinerarlos por el bautismo de fuego del Espíritu Santo.
Al intentar morir a su «naturaleza-ego» y luchar en contra del pecado al punto de sudar sangre (Hebreos 12:4), Dios lo bendecirá para que pueda ser alguien espiritualmente fuerte y valiente. En la medida que su ego muera, podrá prosperar en todos los aspectos y disfrutar de buena salud, debido a que su alma prosperará.
Para alcanzar ese fruto espiritual, la carne en usted debe morir (1 Corintios 15:42-44).
Morir en su hogar
Para evangelizar a otros miembros de la familia, debe predicar el evangelio con la evidencia del Dios viviente. En primer lugar, usted debe ganar su confianza para evangelizarlos, puede ganar su confianza muriendo en su hogar.
En Efesios 4:22, leemos: «En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos». En este caso, «la pasada manera de vivir», se refiere a los malos hábitos que tenían cuando estaban en el «viejo hombre» antes de conocer a Dios.
Por ejemplo, algunos de ustedes a menudo pueden enojarse e incluso llegar a golpear a otros miembros de la familia. Algunos niños no limpian su habitación porque la madre siempre lo hace. Otros le dicen a sus padres que están tan ocupados que no pueden tender sus camas y que no pueden ordenar su ropa en el armario.
Pero si esta «pasada manera de vivir» desaparece, su familia será la primera en darse cuenta de su cambio. En la medida que se despoje de su evidente pasada manera de vivir, su «ego» puede morir en su hogar y así obtener la confianza de su familia. En un hogar de fe, la familia puede ser aún más feliz cuando cada miembro examina su propia vida en todas las áreas sin atribuírselo a otros, y morir a su pasada manera de vivir por medio de la verdad.
Morir en la iglesia
De manera espiritual, los miembros de la iglesia están más cerca suyo que los miembros de su familia, porque son hermanos y hermanas en Cristo y vivirán con usted en el cielo por la eternidad.
Sin embargo, si su «ego» está vivo, cuando observe los errores de su hermano, es posible que los señale debido a su arrogancia e incluso le diga a los demás sobre ello. Por otra parte, si usted sufre alguna pérdida debido a esta persona, es posible que no lo soporte. Sin embargo, si piensa en el amor del Señor que le perdonó de sus pecados, debe seguir Su ejemplo.
A través de la «paz», puede examinar en qué medida se ha convertido en «un grano de trigo que muere» en la iglesia. Es difícil para las personas que insisten en su arrogancia y criterio tener paz con los demás. Solo cuando uno se humilla a sí mismo y sirve a otros con amor y generosidad virtuosa puede estar en paz con todas las personas.
Supongamos que tiene paz con los que le sirven y le obedecen, pero no tiene paz con los que no hacen estas cosas. No se puede decir que haya buscado la paz en un verdadero sentido.
Dios quiere que tengamos paz con todos. Debemos buscar la paz en la obediencia y el servicio a nuestros superiores o compañeros de trabajo. Debemos tener paz en todos los aspectos. Es porque Dios bendice a los pacificadores para dar fruto (Santiago 3:18; 1 Corintios 14:33).
Morir por el reino de Dios
La salvación de las almas es el más importante logro a alcanzar en el reino de Dios. Jesús fue crucificado para salvar a innumerables personas que iban por el camino de la muerte debido a los pecados. Por lo tanto, debemos predicar el evangelio en cada rincón de la Tierra como testigos del Señor para guiar a mucha gente al camino de la salvación y alcanzar el reino de Dios.
Cuando damos luz a través de nuestras buenas acciones, la gente buscará a Dios. Cuando los obreros del Señor cuidan diligentemente de las almas, el reino de Dios aumentará.
Si un creyente realmente siente el amor del Señor, no le resulta difícil predicar el evangelio o cuidar las almas. Y un obrero fiel da voluntariamente todo lo que tiene que hacer en sus deberes asignados por parte de Dios. Así es como puede «morir» por el reino de Dios (Romanos 8:17).
Si perdemos nuestra «naturaleza-ego» al morir en nuestro hogar, en la iglesia y en Su reino, Dios ciertamente nos dará mucho fruto.
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