El domingo. 7 de Abril, se realizaron reuniones evangelísticas en la Iglesia Evangélica Georgiana del Pr. Georgi Chitade y en la Iglesia Nueva Generación del Pr. Gella en Rustavi, Georgia. ...
[Consejería espiritual] Título: ¿Por qué nos dice el Dios de amor que no seamos fiadores de deudas de los demás?
P: Hace un tiempo atrás, uno de mis amigos estaba al borde de la quiebra. Él me pidió que fuera su garante. Una parte de mi corazón deseaba hacerlo para ayudarlo, pero otra parte dudaba ya que la Palabra de Dios me hablaba, diciendo: "No seas fiador de nadie". Me gustaría saber por qué razón el Dios de amor nos ordena que no seamos fiadores de las deudas de nadie.
R: Una garantía o aval financiero es una promesa por parte de una persona (el garante) de asumir la responsabilidad de la deuda de un prestamista en caso de que este no pueda cumplir con ella. La persona o empresa que se compromete con esta promesa se conoce como ‘fiador o garante’. Por lo general las personas buscan una garantía de parte de terceros cuando sus deudas sobrepasan sus capacidades.
Se han dado muchos casos en los que las personas se involucran en problemas financieros por causa de una garantía asumida con buenas intenciones a fin de ayudar a sus parientes, hermanos, vecinos, amigos o colegas. Si usted llega a ser garante de su amigo para no ofenderlo, no podrá culparlo por los problemas subsecuentes, sino que tendrá que reconocer y asumir sus responsabilidades. De este modo usted quizá se vea envuelto en graves problemas al convertirse en garante de los demás. Es por esto que Dios nos impide ser garantes de los demás, tal como está escrito en Proverbios.
Él nos advierte según lo escrito en Proverbios 22:26 que dice: "No seas de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas", y en Proverbios 11:15 leemos: "Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro". Por lo tanto, usted enfrentará dificultades si no rechaza rotundamente el pedido de garantía por parte de su prójimo.
Dios prohíbe que seamos fiadores, no porque no nos ama, sino porque quiere protegernos de las dificultades causadas por votos precipitados en este mundo lleno de incidentes inesperados. El amor verdadero no causa dificultades a los demás. Como está escrito en Romanos 13:8 que dice: "No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley". No debemos causar daño ni sufrimiento a los demás por buscar nuestro propio beneficio, por esto, no debemos pedir a los demás que se conviertan en nuestros garantes, menos aún en la iglesia.