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¿Por qué es Jesús nuestro único Salvador? (1)

Noticias Manmin   No. 218
3649
Agosto 14, 2016


Pastor Principal Dr. Jaerock Lee





«Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos» (Hechos 4:12).






Cuando llegó el tiempo indicado, Dios el Hijo vino a la Tierra en carne, como Jesús, y cumplió la misión de Salvador por completo.

En continuación de la edición anterior, seguiré explicando por qué únicamente Jesucristo está calificado para ser el Salvador de la humanidad con base en la ley de la redención de la tierra (Levítico 25:23-25).


1. Es porque Jesús vino al mundo en carne como hombre

Levítico 25:25 es una provisión para la «ley de la redención de la tierra», tal como lo leemos a continuación: «Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido». Así como el pariente más próximo puede venir y comprar de nuevo la tierra que su hermano ha vendido, la tarea de recuperar la descendencia de Adán que había sido vendida al diablo enemigo, la debe realizar el «pariente más próximo» de Adán.

¿Quién es el «pariente más próximo» de Adán? Se refiere a un hombre, un hombre que, al igual que Adán, tiene espíritu, alma y cuerpo. En 1 Corintios 15:21-22 se nos recuerda: «Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados». La primera condición para ser el Salvador que redime a la humanidad de sus pecados es que debe ser un hombre.

Jesús es el Hijo de Dios el Creador. ¿Cómo puede ser Él el «pariente más próximo» de un hombre? Filipenses 2:6-8 dice: «El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres. Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz».

Juan 1:14 nos dice de Jesús: «Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros», y Juan 1:1 nos recuerda que «el Verbo era Dios». La frase «Y aquel Verbo fue hecho carne» nos dice que Dios se puso el cuerpo de un hombre con carne y huesos, y vino a este mundo.

Jesús nació en el cuerpo de un hombre para poder redimir a la humanidad de sus pecados. Dado que Él fue un hombre, sintió cansancio, hambre, sed, alegría y pesar. Cuando fue colgado en la cruz, Jesús derramó Su sangre y sintió dolor insoportable.

Existe una pieza innegable de evidencia que testifica que Jesús vino a este mundo como un hombre. Se trata de la manera en que la historia de la humanidad está dividida en el tiempo antes del nacimiento de Jesús (a.C.; antes de Cristo) y el tiempo a partir de Su nacimiento (d.C.; después de Cristo, que en latín es A.D., Anno Domini, y significa «en el año de nuestro Señor»).

En otras palabras, el método por el cual se calcula y traza la historia de la humanidad da testimonio de la verdad de que Jesús, sin duda, vino al mundo en carne. Por lo tanto, Jesús cumplió la primera condición de ser el pariente más cercano de Adán porque Él, que es el Hijo de Dios, vino a este mundo en carne.


2. Es porque Jesús no es descendiente de Adán quien pecó

Cuando Dios creó al hombre les dio a Adán y a Eva las semillas de la vida: el espermatozoide del hombre y el óvulo de la mujer, y permitió que una nueva vida llegara a ser concebida por medio de ellos. En el espermatozoide y el óvulo se encuentra inmersa la información concerniente a las influencias y rasgos hereditarios, tales como la naturaleza de los padres, su personalidad, características, apariencia externa e incluso los hábitos. Es por esto que los niños se asemejan a los padres en términos de apariencia, figura física, naturaleza, hábitos y demás.

Después del pecado de Adán, los rasgos pecaminosos de los antepasados se han transmitido a la posteridad, y este es «el pecado original». Por ende, toda persona se convierte en pecadora el momento que nace por causa de los rasgos pecaminosos que hereda de Adán y sus antepasados. Romanos 5:12 dice: «Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron».

Debido a que la muerte descendió sobre toda la humanidad por causa del pecado de un hombre, Adán, todos sus descendientes son en efecto pecadores. Si una persona es pecadora, no puede redimir a otra de sus pecados.

Por ejemplo, supongamos que su hermano tiene una deuda muy grande y se encuentra de camino a la prisión. Si usted también tiene una gran deuda y se encuentra de camino a la prisión, no tendrá la habilidad de ayudar a su hermano a pagar su deuda. De la misma manera, mientras el Salvador que redimirá a la humanidad de sus pecados debe ser un hombre, este no debe ser un pecador. No obstante, dado que todos los descendientes de Adán son pecadores que nacieron con el pecado original, no pueden redimir a los demás de sus pecados.

En otras palabras, ningún hombre nacido hasta hoy puede cumplir la segunda condición para ser el Salvador. ¿Quién puede entonces cumplir la segunda condición, que debe ser un hombre pero no un pecador? De todas las personas que han nacido en este mundo, solo Jesús, el unigénito Hijo de Dios, es un hombre que no es descendiente de Adán, o «pecador».

En términos físicos, Jesús es un descendiente de David y Sus padres son José y María. Pero Mateo 1:20 nos recuerda que Jesús es «engendrado del Espíritu Santo», y en Mateo 1:23 nos habla de la profecía del nacimiento de Jesús: «He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros».

Jesús no fue concebido por la unión del espermatozoide de José y el óvulo de María, sino por el poder del Espíritu Santo. No fue una tarea difícil para el Dios Todopoderoso impregnar a María con Jesús por el poder del Espíritu Santo. Jesús fue concebido por el Espíritu Santo y solamente «tomó prestado» el cuerpo de la virgen María, por ende, Jesús no es descendiente de Adán, y dado que no heredó ninguno de los rastros e influencias hereditarias, Jesús no nació con el pecado original.

Recuerde que aunque la virgen María concibió y dio a luz a Jesús, ella no puede ser Su «madre». Aun con el avance de la ciencia y la tecnología, si un óvulo fertilizado creciera en una máquina y naciera un niño después de nueve meses, el niño no le diría «madre» a la máquina.

La relación entre Jesús y la virgen María se puede considerar de igual manera. Por esta razón, en la Biblia Jesús nunca llamó ni se refirió a María como «madre», más bien usó la palabra «mujer» (Juan 2:4; Juan 19:26). La expresión «madre de Jesús» solamente la usaron los discípulos de Jesús para referirse a María, y ella no debe ser objeto de nuestra adoración. Siempre recuerde que nosotros solo debemos adorar y orar únicamente a Dios la Trinidad.

Continuaré con este mensaje en la próxima edición de Noticias Manmin.

Hermanos en Cristo: mientras ustedes más comprendan y reconozcan que nadie más en este mundo excepto Jesucristo está calificado para ser el Salvador de la humanidad, yo ruego en el nombre de nuestro Señor que cada uno pueda poseer rápidamente la convicción de salvación por fe y que llegue a disfrutar de toda la autoridad y bendiciones que le son otorgadas como hijo de Dios.


 

 

 
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